México .— Una biblioteca visual y librería del imaginario colectivo de distintas poblaciones originarias es, según el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), aquello que los visitantes podrán ver (pero también comprar) en la expo-venta “El Lenguaje Visual del Arte Popular”, que ha sido montada en la Galería Histórica del Complejo Cultural Los Pinos.
En colaboración con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), y en el contexto de la propuesta para celebrar la Decada Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2032, el Fonart ha configurado una exhibición y venta de piezas cuya esencia es que reúnen historias y vivencias de creadores populares.
El conjunto de artesanías es muy variado, rico en formas y materiales. Proviene de comunidades que hablan alguna de las 68 lenguas indígenas originarias, entre ellas el tsotsil, tseltal, zoque, purépecha, zapoteco, nahuatl, mixteco, triqui, otomí, maya-chontal, huichol, kumiai, paipai, seri, kiliwa, huasteco, mazahua, huave, rarámuri, mixe, tepehuano, mazateco, amuzgo, chinanteco y ch’ol del noroeste.
En sus obras, los artesanos plasman, como se explica a los visitantes de la muestra, la flora y fauna de su región, las fiestas patronales, sus símbolos y su vida cotidiana, la cual está en estrecha convivencia con la naturaleza y guarda siempre un gran respeto por sus ancestros. Además, son piezas que provienen de creadores que mantienen una concepción de la producción artística como tarea comunitaria.
Las técnicas para su elaboración son múltiples y muchas veces son distintivas de cada región. Esta muestra también permite “que hablantes de una misma lengua —localizados en diferentes latitudes— se encuentren, coexistan y entablen un diálogo sensorial en un mismo espacio a través de sus piezas”. Hay creaciones de las ramas artesanal, textil, fibras vegetales, alfarería y cerámica, madera y arte wixárika.
Los precios también son muy variados. Por ejemplo: una blusa con bordado pepenado en pecho y mangas, de Tlaxcala, cuesta mil pesos; un trastero de colibríes purépecha de madera, ronda los ocho mil pesos; un huipil tejido de Juchitán, Oaxaca, alcanza casi los cuatro mil pesos; un arco grande con flecha de Chihuahua vale 544 pesos; un alhajero con tapa elaborado de fibras vegetales y forma de tortuga, de Baja California Sur, nueve mil pesos; pero también es posible conseguir un petate por 150 pesos con Martina Medina Montero, una de las vendedoras que exhibe su mercancía. Todo ello podrá verse en exhibición hasta el viernes 28 de febrero dentro de esta expo-venta.