MADRID. El Barcelona se impuso por 2-1 al Getafe CF, gracias a los goles de Antoine Griezmann y de Sergi Roberto, en un partido correspondiente a la jornada 24 de LaLiga y que resolvieron los culés antes del descanso, mientras que su rival acusó falta de chispa tras recortar distancias con una diana de Ángel Rodríguez.
Este resultado puso al Barça con 52 puntos, empatado en el coliderato con el Real Madrid. Por su parte, el equipo azulón vio truncada su buena racha liguera y se quedó con 42 puntos en el tercer puesto provisional, a falta de que el Sevilla juegue contra el Espanyol durante la tanda dominical de encuentros.
El duelo de banquillos entre Quique Setién y José Bordalás, con rencillas pasadas y en apariencia ya olvidadas, se lo llevó finalmente el entrenador blaugrana. Pero Setién apenas disfrutó de destellos sueltos de Leo Messi, como puntos de fuga en un partido insípido y no exento de polémica servida desde el VAR.
Los primeros 20 minutos dejaron claro que el Getafe sabe lidiar con adversarios de todo tipo. Las líneas de atrás bien juntas, ayudas constantes en cada marcaje y jugadores raudos en cada banda; esa habitual receta puso en aprietos a Marc-André ter Stegen, al menos, un par de veces.
Incluso marcó primero el conjunto visitante, por obra de Allan Nyom. A la salida de un córner, su compañero Jorge Molina remató hacia atrás en el primer poste y Ter Stegen desvió la pelota, aunque dejándola a placer en el área pequeña. El ’12’ del Getafe apareció para remachar al fondo de la red, si bien antes se había zafado de Samuel Umtiti.
A pesar de que el árbitro principal, Guillermo Cuadra Fernández, decretó el gol como válido en primera instancia, terminó anulándolo al interpretar en la repetición televisiva que Nyom había cometido falta en dicho forcejeo, a razón de un golpetazo con el hombro a Umtiti.
Los locales se sacudieron rápidamente el susto, inaugurando el marcador. Umtiti subió la jugada por el costado izquierdo y pasó el balón a Messi, que desde la frontal del área filtró al primer toque una asistencia a Griezmann. El ariete francés, con un zurdazo sutil y también de primeras, ‘picó’ la pelota ante la salida del portero rival.
No se estaba notando hasta ese momento la retirada de Jordi Alba, sustituido por Junior Firpo a causa de una lesión en el aductor de la pierna derecha. No en vano, el Barça amplió su ventaja en el minuto 39, cuando Sergi Roberto culminó en gol un pase raso y desde su banda del propio Junior Firpo, activo por el habitual carril de Jordi Alba.
Ahí, la batalla llegó a un punto de anestesia. Tan solo el de siempre, Messi, desperezó a la afición del Camp Nou justo al borde del descanso. Un cabezazo suyo, tras un centro bombeado al segundo palo, fue repelido por el guardameta David Soria con una bonita estirada a pie cambiado.
Al regreso de vestidores, la dinámica general estaba siendo la misma hasta la entrada de Ángel Rodríguez en el campo. Se resumía prácticamente todo en las carreras sin premio de Junior Firpo por el lado izquierdo, los pases filtrados a ningún sitio por parte de Messi y los desmarques frustrados de Griezmann.
El plan de Bordalás fue enviar a sus pupilos al ataque, descuidando la zona defensiva. Pero no le importaba, ya que el Getafe se está codeando esta temporada con los ‘gallitos’ y un gol animaría el cotarro. Dicho y hecho, Ángel marcó el 2-1 al volear de manera poco ortodoxa un centro de Jaime Mata desde la banda derecha.
Entre los dos centrales culé, y aprovechándose de que Gerard Piqué había calculado mal el salto para su despeje, el ‘9’ azulón metía el miedo en el cuerpo al Camp Nou. Un delantero pretendido por el Barça, a expensas de que se le deje fichar a un sustituto de Ousmane Dembélé, provocaba de tal modo un desenlace de infarto.
Para colmo, el propio Ángel tuvo el empate en sus botas, rematando por abajo una falta lateral y bastante lejana. Ter Stegen falló al intentar atrapar el balón, pero reaccionó de inmediato para evitar que traspasara la línea de gol; además, tocó la pelota una tercera vez, impidiendo que Mata empujase lo que habría sido el 2-2.
La respuesta vino con dos tiros de Griezmann, pero ambos desviados y dejando la incertidumbre hasta el pitido final. El primero de ellos, tras el enésimo pase raso de Junior Firpo, lo mandó a las nubes; y el segundo fue la definición de un contragolpe, ejecutando un derechazo demasiado cruzado enfrente de David Soria. Pidieron la hora los blaugranas ante un oponente sin más pegada en la conclusión.
NTX