México.- Una parte de la oposición al gobierno de Andrés Manuel López Obrador criticó a lo largo de este jueves la cena en la que el mandatario recibió a un grupo de empresarios mexicanos, donde les pidió “de manera voluntaria”, comprar boletos para la supuesta rifa del avión presidencial.
La senadora del Partido Acción Nacional (PAN) Kenia López Rabadán, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, señaló en sus redes sociales que la “vaquita (cooperación) voluntaria” que el presidente mexicano quiere exigir a los empresarios “se llama extorsión”.
Después, reiteró en un mensaje posterior: “Buenos días a todos EXCEPTO al extorsionador de empresarios. Así de simple”, aseveró.
Y es que López Obrador organizó la noche de este miércoles una cena en Palacio Nacional donde reunió a un grupo importante de empresarios, entre ellos Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, además de otros como Carlos Bremer, Asunción Aramburuzabala, Emilio Azcárraga, Bosco de la Vega y Miguel Rincón.
Durante el evento, el mandatario entregó una hoja donde pedía la colaboración de los empresarios para comprar “cachitos” (billetes) de la rifa del avión presidencial, el cual no ha podido vender a pesar de que fue una de las promesas de campaña más importantes del tabasqueño.
La “carta-compromiso” se firmó “de manera voluntaria” por algunos empresarios. En la hoja se especificaba que se podían aportar desde 20 millones de pesos mexicanos (poco más de USD 1 millón) hasta 200 millones (más de USD 10 millones).
El gesto, sin embargo, fue duramente criticado no sólo por los políticos, sino por analistas. “La similitud de AMLO con (el ex presidente del PRI Carlos) Salinas en el uso del púlpito presidencial para extraer “donativos” con fines discrecionales es un abuso de poder, característico del capitalismo de cuates. Combatirlo en vez de perpetuarlo es de democracia elemental”, señaló la escritora y politóloga Denise Dresser.
El ex presidente Felipe Calderón (2006-2012), uno de los rivales políticos más importantes de López Obrador, que lo venció en las elecciones presidenciales de 2006, también participó en el debate, aunque con otro ángulo. Para el ex mandatario, la compra de los boletos por parte de varios empresarios podría provocarles un problema a sus empresas.
“Más allá del chipilín (cena), las empresas globales -muchos de los asistentes a la cena están vinculados a ellas- están sujetas a regulación estricta, ‘que prohíbe pagar para ganar favores del gobierno’. Ojo”, escribió en su cuenta de Twitter, en respuesta a un mensaje de Jorge Guajardo, quien fuera embajador en China durante su mandato.
“Importante que el dinero no salga de las arcas de las empresas que listan en EEUU. No pasaría el más mínimo escrutinio de la SEC y el Foreign Corrupt Practice Act, que prohíbe pagar para ganar favores de gobierno”, había señalado el ex diplomático.
Gabriel Quadri, por su parte, que fue candidato presidencial en 2012 con el Partido Nueva Alianza, relacionado con el poderoso Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), dijo por su parte que “los empresarios que cedan a la extorsión de ayer en la noche estarán contribuyendo a financiar los subsidios clientelares del régimen, con los cuales compra votos y voluntades, y su permanencia en el poder”.
El ex activista y ahora senador Emilio Álvarez Icaza también fue crítico con el “capricho personal” al que López Obrador “obligó” a los empresarios. “Ningún proyecto productivo de por medio, solo sus ocurrencias distractivas. Violencia, feminicidios, cero crecimiento. No importan. Imperio de caprichos”, concluyó.