Luis Octavio Murat Macias.
¡Ríos, movimiento perpetuo, interminable fluir! Los de nuestra sangre, rojos, anchos y poderosos, de cuya corriente somos un instante minúsculos cauces, ignorantes de donde vienen sus turbulentas ondas, ni a donde irán a dar (Genaro Fernandez Mac Gregor).
Antes de la Conquista del Imperio Azteca, la cultura de los pueblos era de respeto y culto a la naturaleza. El sistema de navegación de las embarcaciones que transportaban mercancías, frutos, legumbres, animales de caza y tripulantes hacia el Mercado de Tlatelolco no contaminaba las aguas limpias y cristalinas de los canales.
Las aguas de los canales eran respetadas por los comerciantes de aquellas culturas diferentes a las que hoy usan los ríos y mares de México como basureros como sucede en Juchitán con el Río Los Perros, el cual, al no existir la cultura del cuidado ambiental continúa siendo uno de los más contaminados del país.
La misma conducta humana ocurre con el Río Santiago, que cruza los estados de Jalisco, Nayarit, Aguascalientes, Durango, Guanajuato y Zacatecas y que de forma natural se convierte en frontera de 30 Km., de los estados de Jalisco y Nayarit; cruza la ciudad de Guadalajara y desemboca sus aguas en el Océano Pacífico en la zona de San Blas, en el Estado de Nayarit.
El Río Santiago esta considerado como el número dos en importancia con longitud de 562 Km., abarca una cuenca de 76.400 Km2 que incluyen las presas El Cajón, Aguamilpa y Santa Rosa.
La Cuenca está ocupada por 7.5 millones de habitantes asentados mayormente en Guadalajara y la concentración del desarrollo de la industria contaminante de las aguas del Río que se extienden hacia Ocotlán.
Informes gubernamentales dan cuenta que la mayor parte de la contaminación en México son las regiones del Valle de México, Balsas, Lerma-Santiago y algunas zonas del Golfo Centro.
Santiago fluye con fuerza en varios afluentes importantes: Verde, Jachipila, Huaynamota y Bolaños.
Aproximadamente 300 son las industrias nacionales y extranjeras que descargan desechos venenosos en las aguas del Río Santiago que recibieron permisos de instalación sin que se les impida descargar los residuos químicos e industriales descargados que enferman a los habitantes.
Desde hace 20 años los habitantes de los lugares afectados con enfermedades graves como el cáncer, y las organizaciones sociales protectoras del Medio Ambiente han venido luchando para impedir la contaminación tóxica del Río Santiago. Las industrias se defienden esgrimiendo que han instalado plantas de tratamiento de aguas, sin embargo, al continuar vertiendo aguas tóxicas el problema continúa, más todavía, al considerar que las aguas del Río Santiago recibe las aguas residuales domésticas de las poblaciones cercanas lo que incrementa los altos y peligrosos niveles de contaminación que ya alcanza y que han traído consecuencias como la muerte de peces en la laguna de Cajititlán y el Río Ayuquila.
Según informes del grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos de la ONU, el Río Santiago es el más contaminado de México al recibir las descargas de las empresas del Corredor El Salto-Ocotlán. Las principales actividades de las industrias asentadas en el corredor industrial son Metal Mecánica, Metalurgia, Química-Farmacéutica, Electrónica, Automotriz, Alimentos y Bebidas.
Los estudios de la ONU confirmaron las descargas tóxicas de empresas como Nestlé (Suiza, alimentos y bebidas), Sachs (Alemana, automotriz), Hutsman (EU, química), Genaro (Mexicana- porcícola), Virbac (Francesa-Salud animal), Kao (Japonesa-Química), Grupo Celanese (EU-química), Urrea (Mexicana-Metal Mecánica), entre otras más.
A pesar de las fatales consecuencias que presentan la mayor parte de los ríos de México la realidad nos dice que muy poco se ha hecho por parte de las autoridades y las sociedades para protegerlos. Ello refleja que no existe una cultura de respeto a la naturaleza y el Medio Ambiente que afecta al planeta pues nos conformamos y calmamos nuestras conciencias prohibiendo el uso de bolsas de plástico en los mercados. Es un buen intento pero insuficiente para la estatura de la problemática que hay enfrente; la muerte de los ríos y de los habitantes que viven cerca de ellos requieren acciones efectivas y de fondo que impidan tanta barbarie contra la naturaleza.
Las afectaciones contra la salud humana y el Medio Ambiente investigadas por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) han sido causadas por las descargas de 1,090 sustancias tóxicas, productos químicos y metales las cuales han causado 506 muertes registradas y 1,593 personas enfermas de cáncer e insuficiencia renal.
A pesar de las recomendaciones del Grupo de Trabajo de la ONU para evitar o mitigar el daño que se causa contra el Medio Ambiente, las autoridades mexicanas han sido omisas e incapaces de contener la degradación del Medio Ambiente, toda vez que las industrias son intocables, y las autoridades solo cuentan con 300 inspectores para inspeccionar 200,000 empresas que han causado la catástrofe ambiental que destruye a los ríos y mares de México.
@luis_murat