Héctor Moctezuma de León.
¿Sabrá la señora Claudia Sheinbaum y el hijo de Javier García Paniagua, que cobra como jefe de la policía capitalina, que la cuota por evitar pasar la noche en el “Torito”, es este año de cinco mil pesos? “Pero no traigo dinero”, le dice el conductor. “No te preocupes, le dice el oficial, podemos ir al cajero”. Entonces un elemento se sube como copiloto y van al primer banco que se encuentren y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Todos los días en esta ciudad, la que gobierna el partido de la Cuarta Transformación, se puede ver a uno, dos, tres o cuatro agentes de la policía local esperando solo que algún automovilista cometa una falta no para infraccionarlo, sino para atracarlo, casos hay muchos, uno de ellos, a un costado del Auditorio Nacional, frente al busto de Luis Donaldo Colosio. Y así les puedo citar otros.
Los policías que andan en motocicletas del grupo llamado de reacción inmediata atracan como si fueran agentes de tránsito o los encargados de sancionar a los automovilistas que circulan cuando su auto no debe por el número de placa. Ellos no tienen facultades pero si usted se los señala, le dicen que van a llamar a la grúa para que se los lleve al corralón.
Estos elementos se estacionan los sábados en las entradas a la capital del país únicamente para estar checando a los automovilistas que vienen de otro lugar, con placas de otro estado, para atracarlos y con dos mil pesos la libras, además te ofrecen protección, por medio de una clave, que es pura finta.
Lo que sucedió este jueves con Alfredo “El Pollo” Saldívar, el portero de Los Pumas de la UNAM y su esposa, es cosa de todos los días en esta ciudad y con todo y los videos las autoridades siempre salen con que se va a investigar a los elementos. Estuvo claro que los detuvieron sin ningún motivo.
No señora Sheinbaum, no señor García Harfuch, la corrupción sigue a todo lo que da en la Ciudad de México y si no que se lo cuenten el director del Reclusorio Sur y los custodios que dejaron fugarse a tres narcotraficantes y que ahora nos salen con que el culpable es el juez que les dio el amparo para que estuvieran en una prisión de la capital del país, en vez del penal del Altiplano.
Dejen de mentir, la corrupción existe en todos los niveles de gobierno, sobre todo en la Ciudad de México, en donde para realizar cualquier trámite le piden papeles y más papeles, hasta que reventar al solicitante de un servicio que termina diciendo, “pues cómo nos arreglamos”.
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Los gobernadores priistas más solícitos con el presidente Andrés Manuel López Obrador, son el del Estado de México, Alfredito del Mazo; de Oaxaca, Alejandrito Murat; de Sinaloa, Qurinito Ordaz; y la de Sonora, Claudia Pavlovich. ¿Y saben por qué? Porque se picaron los recursos que estaban destinados para el seguro popular.
HctorMoctezuma1