Francisco Garfias.
Una cosa es el discurso oficial. Otra la realidad. Lo que temíamos empieza a ocurrir. S&P bajó la calificación de la deuda crediticia de México.
Tres factores influyeron: el coronavirus, la caída de los precios del petróleo y el choque que tendrá la pandemia en Estados Unidos, nuestro principal aliado comercial y, desde ayer, el país con mayor número de casos: 82,404.
Standard & Poor’s agrega que la emergencia económica que dejará el virus impactará en el ya de por sí nulo crecimiento de México, en el período 2020-2023.
“Estos choques, aunque temporales, empeorarán la ya débil dinámica de la tendencia de crecimiento para 2020-2023, que refleja, en parte, menor confianza del sector privado y el poco dinamismo de la inversión”, subraya la calificadora.
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Pero en la 4T ni ven, ni escuchan, ni entienden lo que ocurre.
Allí está el caso de la cancelación de una inversión de 1,500 millones de dólares en Mexicali, vía una consultita patito y montados en la gran mentira de que los habitantes de esa ciudad iban a morirse de sed.
Allí están las trasnochadas declaraciones de personajes como Víctor Toledo, titular de Semarnat, que no dejan un ápice de esperanza de que las cosas van a mejorar. Este hombre, que no se ha enterado que ya terminó la guerra fría, dice textual:
“La crisis del coronavirus nos lleva irremediablemente a identificar otro virus mortal que existe en nuestra propia especie: el 1% que destruye el delicado equilibrio del planeta. Los 500 corporativos, bancos y magnates que lista la revista Fortune. Contra ellos será la próxima guerra”.
Imposible que la iniciativa privada, cuya inversión es 6.2 por ciento mayor que la publica, vuelva a tener confianza en las autoridades federales con funcionarios más radicales que la Pasionaria.
Eso también es jugar a la ruleta rusa.
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La inquietud es grande. El miedo mayor. Salir a la calle es jugar a la ruleta rusa. No sabes si alguna persona, una superficie, un objeto te va a contagiar el virus del siglo. El terror a la pandemia lo acompaña el fundamentado temor a que, con la emergencia, se desaten los saqueos y los robos por hambre.
La Asociación Nacional de Tiendas Departamentales (ANTAD) pide mano dura y cero impunidad ante robos y saqueos.
Su presidente, Vicente Yáñez, alertó sobre el peligro y la gran afectación que provocaría la interrupción del abasto y la distribución de mercancías debido a la criminalidad.
“Es responsabilidad de las autoridades federales, estatales y municipales proteger la integridad de clientes, colaboradores y proveedores. Así como la seguridad de las instalaciones físicas y del transporte de toda la cadena de abasto”, dijo ayer en un comunicado.
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A Miguel Barbosa le sentó mal la revolcada que le pusieron en redes sociales, luego de declarar que el coronavirus sólo le da a “gente acomodada” y que los pobres “somos inmunes”.
Anda muy neuras el góber de Puebla. Rechazó incluso opinar sobre su propio disparte. “No voy a tener una opinión y menos al Sol de Puebla (que lo balconeó)”, dijo ayer.
La puso también una regañada a la alcaldesa de la Ciudad de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, de la Coalición que sin duda hará historia, por anunciar medidas para prevenir contagios por el coronavirus.
No solo fustigó el “protagonismo” de la presidenta municipal, sino que el hombre sacó a relucir sus complejos.
“El gobierno va a funcionar y cuando llegue a parar no va a ser ni una presidenta municipal, ni un Secretario de Educación Federal, soy yo, entiéndanme…”, subrayó.
Barbosa quiso hacerse el gracioso. Salió peor. Dijo que ya descubrió la vacuna contra el temido Covid-19: el mole de guajolote. Y otra vez lo tundieron.
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Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente interino de Morena, informó que recibió propuestas para la convocatoria de renovación de los dirigentes nacionales del partido y que ya se reunió con el presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Felipe Fuentes Barrera; y con el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova.
El domingo próximo, 29 de marzo, el CEN emitirá la convocatoria, puntualizó.
FIN.
