Raúl Flores Martínez.
Ya es algo muy cotidiano que en Morelos el crimen organizado haga de las suyas a toda hora y en todo momento; nuevamente el penal de Atlacholoaya fue el foco para una fuga de reos.
Penal donde los sicarios de los Guerreros Unidos, Los Rojos y compañía, ya le tomaron la medida a un gobierno de papel encabezado por el futbolista Cuauhtémoc Blanco.
Así lo escribo tajante, gobierno de papel que no ha frenado el creciente crimen organizado y cerrarle la puerta a los sicarios dueños del reclusorio.
A través de distintos audios que nos filtraron los propios elementos de la Comisión Estatal de Seguridad Pública, se escucha que tienen a tres elementos de custodios de rehenes.
Tres que fueron ejecutados, porque no se les abrió la puerta a los sicarios que pidieron apoyo a otros integrantes de los grupos delictivos.
Los datos son importantes y dignos de resaltar. Del 2010 a la fecha se han fugado del penal de Atlacholoaya, decenas de internos considerados de alta peligrosidad.
Tal parece que las autoridades morelenses, no les importa cerrarle la puerta de este penal a los reclusos, tal parece que es lo que menos les importa.
Cuántos muertos, cuántas fugas más se deben tener en este penal para que se tomen medidas rigurosas para controlar al gobierno autónomo que se tiene dentro del reclusorio.
Un gobierno que es más poderoso que el que tiene el futbolista Cuauhtémoc Blanco, tan poderoso que da órdenes a los propios policías para que les abrieran las puertas del penal para fugarse, ver para creer.
