Doña “Ale” como es conocida de cariño por todos sus clientes, es una persona de carácter alegre, quien comenta que todos los días se levanta en la madrugada, se alista y dirige a su local para calentar el comal, y “echar” las tortillas, lo siguiente que hace es poner a cocer los chiles y los tomates para preparar lo que nunca falta, la salsa de molcajete, para después comenzar a preparar el café y el atole.
Mencionó que ella no conocía de la convocatoria en el que las mujeres este día no tenían que laborar como una forma de concientizar a los hombres y al Gobierno sobre la violencia y los feminicidios que cada día van en aumento, sin embargo, aunque señaló que es grave el asunto que sufren muchas mujeres, dijo que no compartía los paros ni los bloqueos ya que esto dañaba la economía de la gente.
Expresó que era solidaria con las mujeres que eran violentadas, “porque quien los provoca son personas que no están bien, que es la misma sociedad que ya está muy mal”.
Y dijo que “el gobierno debe hacer algo al respecto para crear programas que concienticen y sobre todo desde las familias educar a los hijos para evitar en el futuro que sean personas violentas”.
Doña “Ale” no sabe leer ni escribir, no fue a la escuela, como muchas personas, la necesidad la hizo aprender a realizar sus cuentas para cobrar a sus clientes. Inició desde muy chica a trabajar en su natal San José Llano Grande comunidad perteneciente a Miahuatlán en la Sierra Sur de Oaxaca, con la ilusión de tener algún día una cafetería o tortería, y no imaginó nunca llegar a la capital en donde tiene ya 30 años de residencia.
Su local, ubicado en el Camino al Seminario, en la agencia municipal de Viguera, tiene que pagar una renta de 2 mil quinientos pesos mensuales motivo por el cual, dice, no se puede dar el lujo de no trabajar un día, al igual que la señora Elvira, persona que le ayuda y de quien depende económicamente sus hijos menores, en edad escolar.
A veces ha llegado a las 4 de la mañana al no ver el reloj, pero como no es persona asalariada, como las mujeres trabajadoras de gobierno o empresas que tienen de cierta manera privilegios como el día de hoy que no asistieron a trabajar, ella si lo tiene que hacer porque de otra manera no hay ingresos.
Madre de 5 hijos, tres varones y dos mujeres, para sacarlos adelante doña Ale, tuvo que trabajar duro, antes de tener su local, lavar y planchar ajeno, un hijo y una hija emigraron a los Estados Unidos en busca de un mejor futuro, los otros dos varones y la menor a quien con muchos esfuerzos le pudo dar una carrera, es licenciada en Enfermería, viven en Oaxaca.
Dice sentirse satisfecha de su trabajo el cual lo hace con mucho cariño ya que la comida dijo, da para mucho y conoce muchas personas que llegan a su local, que continuará con esta labor y que del gobierno no recibe ni pide nada, y mientras tenga fuerzas y ganas seguirá adelante.
Doña Socorro, la zapatera.
Por otro lado, en un oficio dedicado mayormente por hombres, la señora Socorro Gómez Zedillo, se dedica a la compostura de zapatos, menciona que la necesidad la orilló a aprender el arte y lleva ya 6 años trabajando en ello.
Y hoy, no fue la excepción. Acompañando de su esposo se colocaron como todos los días en la acera de un local que les prestan sobre la calle principal que conduce a la agencia municipal de Viguera en donde realiza reparaciones de calzado.
Ella, desconocía del paro de mujeres en protesta de los feminicidios, acoso sexual y violencia de género en México este 9 de marzo. (Convocatoria hecha por un colectivo feminista de Veracruz, Las Brujas del Mar).
La señora Gómez dijo que hay necesidad de trabajar aunque sea solo el mínimo de recurso que pueda llevar para el sustento de su hogar, ella vive por el rumbo de Viguera pero es originaria de Huajuapan de León, municipio de la Mixteca oaxaqueña. “Es necesario trabajar diariamente, para pagar la renta, la luz y el agua”.
Un poco recelosa, por las preguntas del reportero, evita ahondar su respuesta, menciona que por la situación ya no se puede confiar en la gente.
Ella, lo mismo arregla zapatos que bolsas de piel, lo importante es que le caiga algún dinerito. Nos explica que no sabe la cantidad exacta de lo que gana a diario porque “a veces, hay trabajo, otras no pero de todos modos tiene que poner su puesto para que la gente los vea”.
Por ello, señaló que no trabajar un día, como lo hicieron algunas mujeres, que tienen el salario asegurado, no tienen preocupaciones porque que no les afectarán, sin embargo, ella si tuvo que hacerlo de manera normal, de otra manera no tendría el ingreso que mucha falta le hace y con lo caro que están las cosas, finalizó.