México.- Los resultados del “Super Martes”, la jornada que disputaba 14 estados, han reformulado la campaña por la candidatura presidencial demócrata de una manera que pocos hubieran previsto hace un par de semanas.
Mike Bloomberg apostó 500 millones de dólares a que flaquearía la campaña de Joe Biden. Pero el exvicepresidente cobró impulso el “Super Martes”, la serie de primarias en las que Bloomberg había empeñado su candidatura. A la mañana siguiente, el magnate abandonó la contienda y respaldó a Biden.
“Hace tres meses, inicié la campaña presidencial para derrotar a Donald Trump”, dijo Bloomberg en un comunicado. “Hoy abandono la campaña por la misma razón: derrotar a Donald Trump. Porque me resulta claro que continuar dificultaría el logro de ese objetivo”.
Es difícil exagerar la velocidad y la magnitud del repunte de Biden. Después de las humillaciones de Iowa, Nuevo Hampshire y Nevada, muchos demócratas empezaron a buscar una alternativa.
La victoria contundente en Carolina del Sur mejoró sus perspectivas, pero llegó al “Super Martes”, cuando 14 estados realizaban sus primarias, con pocos fondos económicos y escasa infraestructura.
Pero la fuerza aparente del senador Bernie Sanders y la debilidad de Bloomberg lanzó a muchos demócratas a los brazos de Biden, quien en 24 horas obtuvo el respaldo de tres antiguos rivales. Con ellos pudo atrapar ese fenómeno esquivo llamado impulso.
Sanders obtuvo el premio mayor de la noche, California, estado al que había dedicado tiempo y esfuerzos importantes mientras Biden realizaban una campaña minimalista. Fue una muestra de la agudeza estratégica de Sanders, la razón por la que es un oponente tan temible.
Allí y en Texas, donde resultó segundo, supo armar una coalición que incluyó a votantes jóvenes y latinos.
California fue una victoria crucial para Sanders, pero perdió en varios estados donde su campaña descontaba la victoria, de Minnesota a Massachusetts. La campaña de Sanders apuesta a que, con un electorado dividido, su base acérrima lo llevaría a una serie de victorias en todo el país.
Las flaquezas de esa teoría salieron a la luz el 2 Super Martes.
El llamado socialista demócrata perdió en Minnesota y Oklahoma, dos estados de mayoría blanca en los que venció a Hillary Clinton en 2016. Esto es un indicio de erosión de la base blanca de sus campañas anteriores. En Vermont, ganó por una diferencia menor a lo pronosticado.
El Heraldo de México / AP y EFE