¿Por qué mueren más hombres que mujeres por coronavirus?

Mamela Fiallo Flor.

En el mundo mueren más hombres que mujeres a causa del COVID-19. En la región, Ecuador, el país con más muertes per cápita, es un ejemplo claro: 7 de cada 10 fallecidos por coronavirus son varones, en particular en Guayaquil.

Los hombres están más expuestos al contagio por motivos sociales y culturales, pero los motivos por los que mueren con más frecuencia que las mujeres se remiten a su anatomía.

Asimismo, desde una perspectiva evolutiva, Global Health 50/50 sugiere que el embarazo le otorga una ventaja de supervivencia a la mujer sobre el hombre, pues haber tenido en su interior a otro cuerpo genera una respuesta inmune más fuerte contra las infecciones virales.

El patrón se repite a lo largo del continente, en el estado de Nueva York, la zona donde el brote se ha propagado con mayor fuerza en los EE. UU., 68 % de los muertos por COVID-19 eran hombres y 32 % mujeres. Incluso en Wuhan, China, ciudad hasta ahora conocida como el origen de la pandemia, son más las víctimas masculinas.

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¿El coronavirus se puede transmitir sexualmente?

Según un estudio piloto, los testículos bombean receptores ACE2 (enzima convertidora de angiotensina 2), que atraen el coronavirus, a alta velocidad. Tanto hombres como mujeres tienen estos receptores en los pulmones, el tracto gastrointestinal y el corazón. Pero al tener los hombres un órgano más que produce receptores ACE2, los testículos, tienen mayor probabilidad de atraer y por tanto contraer el COVID-19.

En caso de ser comprobado, la doctora a cargo de la investigación advierte que el coronavirus se puede transmitir sexualmente mediante el fluido seminal. La hipótesis de que los testículos pueden albergar el COVID-19 fue planteada por una dupla singular, madre e hija, originarias de la India. La hija, Aditi Shastri, dirigió un equipo con base en Nueva York mientras su madre, Jayanthi Shastri comandó el trabajo en Mumbai.

Luego de hacer seguimiento a decenas de pacientes, afirman que la prevalencia del contagio masculino no solo es mayor, así como lo es el tiempo de recuperación. En promedio, los varones demoran 50% más en eliminar el virus del cuerpo, cuatro días las mujeres, seis los hombres.

De acuerdo con la hipótesis, al estar los testículos aislados del sistema inmunológico, las gónadas masculinas sirven como escondite del virus. Vale destacar que esta conducta de alojamiento también se presentó con el virus del Ébola: se escondía en las células pigmentarias de la retina humana.

Un rasgo común entre el 80% de los muertos por coronavirus es que tenían una enfermedad crónica previa al contagio, en particular hipertensión, enfermedad cardiovascular, enfermedad pulmonar crónica, diabetes e incluso cáncer, males que afectan mayormente a los varones.

El Instituto Nacional de Salud (ISS) de Italia asegura que «un tercio más de fumadores con COVID-19 positivos tenían una situación clínica más grave que los no fumadores». Y señala que en dicho país 7 millones de hombres fuman en comparación con los 4,5 millones de mujeres.

En China, los números son aún más dispares. Es el país con la mayor cantidad de fumadores, más del 50% de los hombres fuma, y apenas el 3% de las mujeres lo hace.

Existe una brecha de empatía con sesgo contra el varón

El psicólogo John Barry, cofundador de la Red de Psicología Masculina y coeditor del Manual de Psicología Masculina y Salud Mental de The Palgrave, hizo un llamado de atención respecto a lo que llama la «brecha de empatía». Señala la lógica de los psicólogos evolucionistas, pues para ellos las mujeres son consideradas más importantes que los hombres para la supervivencia general de la especie.

Esto lleva a comprender por qué es normal valorar más a las mujeres que a los hombres. El psicólogo invita a imaginar cómo sería la narrativa de los medios si las mujeres fuesen la mayoría de las víctimas fatales por COVID-19. Ahora que es al revés, apenas tiene cobertura mediática.

El psicólogo Warren Farrel, lo lleva un paso más allá y habla de la “desechabilidad masculina”. Explica que la predisposición del hombre a sacrificarse por las mujeres y los niños a lo largo de la humanidad, tanto en trabajos de riesgo como en la guerra, al igual que durante toda calamidad y emergencia, lleva a la sociedad a acostumbrarse a la muerte de los hombres. Mientras que cuando muere la mujer, que históricamente ha sido protegida, aún hoy por organismos internacionales, genera mayor reacción y empatía. De hecho, la Organización de las Naciones Unidas tiene un organismo designado al sexo femenino, ONU Mujeres. Pero no existe una contraparte masculina.

Por eso Barry invita a la Organización Mundial de la Salud, que es parte de la ONU, a revisar el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, donde se establece que “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Están dotados de razón y conciencia y deben actuar el uno hacia el otro en un espíritu de hermandad».

En Italia, la nación europea con más víctimas mortales, los hombres representan casi el 60 % de los diagnosticados y más del 70 % de los muertos por coronavirus, según su Instituto Nacional de Salud (ISS).

Al respecto, la doctora Deborah Birx, coordinadora de respuesta al coronavirus de la Casa Blanca, dijo en una conferencia de prensa: «Desde Italia estamos viendo otra tendencia preocupante. Que la mortalidad en los hombres parece ser el doble en cada grupo de edad de las mujeres».

«El simple hecho de saber eso nos ayuda en los Estados Unidos para que podamos ser muy específicos al hablar con el pueblo estadounidense sobre a quién proteger y cómo protegerlos», agregó. No obstante, EE. UU. es hoy el país con más contagios reportados, también fallecimientos y todavía no se ha abordado el problema con “perspectiva de género”.

Pese a que el presidente Donald Trump tiene a más de 300 mujeres asignadas en roles jerárquicos, incluyendo jueces y embajadores, de las cuales 100 trabajan en la oficina del presidente bajo el cargo de jefe, secretaria, directora, subdirectora y consejera del presidente, es catalogado de «misógino». Imaginemos cuál sería la reacción si lanza una iniciativa para salvar a los hombres de esta crisis sanitaria.

Durante la pandemia del SARS, en el 2003, al igual que el MERS, el índice de varones fallecidos también superó con creces a las mujeres. Sin embargo, no hubo campañas internacionales para salvar a los hombres.

Casos como este y los anteriores nos muestran que en efecto existe una brecha de empatía donde los problemas que aquejan a los varones no tienen un abordaje especial. Al respecto, el psicólogo Barry tiene la esperanza de que si podemos aprender a enfrentar la pandemia actual con más empatía y humanidad, también podemos enfrentar las crisis futuras de manera más armoniosa y efectiva.

Versión original publicada en Panam Post (Florida, EEUU).

Publicada con autorización de la autora.

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