México .— La pianista y concertista mexicana Ana Gerhard, invitó al público a intentar cosas nuevas y a escuchar las cosas que nunca se escuchan, “o más bien a las que no les hemos prestado suficiente atención”, tales como el canto de las aves.
En un video difundido en las redes sociales de la editorial Oceáno México, la pianista compartió cómo es que el canto de las aves ha influenciado la composición de diferentes autores y en distintas épocas. Añadió que cada uno de estos compositores, sumado a otros, se encuentran en el libro Introducción a la música clásica: aves.
La artista comenzó por explicar que en la canción de “La alondra”, escrita por Tchaikovsky, el compositor “nos hace escuchar a la pequeña ave porque en el registro agudo del piano hay muchas notas a manera de adornos que se parecen un poco a los trinos de la alondra”.
Otro de los mamíferos que figuran en las composiciones de los autores clásicos es “el cucú”. De acuerdo con la intérprete, “el canto de esta ave consiste en dos notas, una más aguda y un poco más corta, seguida de una un poco más grave y más larga”.
En una pieza escrita por el francés Louis-Claude Daquin “el compositor nos invita a un juego de escondidillas, presentándonos el canto del cucú en la mano izquierda, es decir, en un registro grave y un poco tapado por la cantidad de notas de la mano derecha que, de alguna manera, podrían asemejar las hojas de los árboles” en que estos pajarillos se suelen ocultar.
La pianista incluyó la pieza “Ballet de los polluelos en sus cascarones”, la cual forma parte de una obra más grande escrita por el compositor ruso Modest Mussorgsky: “En este cuadro, Mussorgsky con el piano nos pinta justamente a los pollitos en el momento en que rompen sus cascarones para salir a la vida; por un lado escuchamos su frágil piar, el ‘pio pio’ característico de los pollitos y también los saltos desordenados con los que están tratando de deshacerse de estos cascarones”.
