Patricia Betaza.
Sí, ya sabemos que el encierro agota y agobia. También sabemos que hay un debate a nivel científico entre usar o no cubrebocas. Que los gobiernos incluso, del llamado primer mundo, subestimaron la enfermedad y hoy sus muertos se cuentan por miles. Italia, España, Reino Unidos y Estados Unidos, tres emblemáticos ejemplos. Que el coronavirus ataca a los más viejos con enfermedades previas como diabetes, EPOC, obesidad y tabaquismo, pero también que nadie está exento de padecerlo. También sabemos que no hay certeza de cuándo terminará la pandemia y de cómo se deberá reactivar la economía. De lo único que no hay discusión a nivel internacional, es que el aislamiento social y el quedarse en casa son las únicas armas probadas para contener la propagación del virus.
La #SanaDistancia y el #QuédateEnCasa no son propuestas del subsecretario Hugo López-Gatell. Son medidas probada y recomendadas por la Organización Mundial de la Salud. Mientras se consigue una vacuna –se estima que podría estar lista no antes de un año- o se encuentra un tratamiento específico, el aislamiento es hasta ahora y de acuerdo con las experiencias mundiales, la forma más eficaz de contener el Covid-19. Así lo logró Corea del Sur, Israel e incluso en China donde surgió el virus.
En una entrevista publicada en El país, el científico estadounidense David Quammen, lo dice de una manera sencilla y tajante. ”Al confinarnos, le retiramos una oportunidad –al Covid-19- de extenderse de manera tan amplia e intensa como ha hecho hasta ahora”.
Desde el jueves que se anunció que las medidas de aislamiento social durarían hasta el 30 de mayo, paradójicamente se ha visto más gente en las calles y tianguis de la Ciudad de México. No de gente trabajando, sino incluso de familias paseando con niños y mascotas. También diversos medios han publicado fotografías de un gran flujo de vehículos. Este domingo recorrimos municipios mexiquenses como Santiago Tianguistenco, Tenango del Valle y Metepec, y la gente caminando, comiendo y comprando como cualquier domingo, aún con los llamados de la policía. No se si en otras partes del mundo, pero en México mucha gente no se está tomando en serio el Covid-19. Si le costó trabajo entenderlo al presidente y uno de los empresarios más ricos del país lo sigue dudando, imagine usted a quien vive al día o tiene su puesto de frutas y su peluquería.
El coronavirus no es cualquiera cosa y solo una científica-matemática como es la jefa de gobierno de la CDMX Claudia Sheinbaum, comenzó a extender medidas más restrictivas de movilidad en la capital del país, que las dictadas por la autoridad federal. Anunció el uso de cubrebocas en el Metro, aunque sin sanciones. Las zonas urbanas son las más susceptibles de altos contagios. Sí, ya sabemos que mortalidad del coronavirus no es alta, pero el nivel de propagación hace que cualquier sistema de salud truene ante la demanda.
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, anunció que a partir de este lunes el aislamiento social será obligatorio en ese estado. Quien no acate la medida, será sancionado. También anunció el uso de cubrebocas para toda la población. Las últimas cifras reportadas por la Secretaría de Salud reportan 8 mil 261 casos confirmados –recuérdese que es una muestra basada en el modelo Centinela, podrían ser 8 veces más- y 686 defunciones. El 63 por ciento de los casos ha sido tratado de manera ambulatoria, el 11.3 por ciento ha requerido hospitalización leve, 21 por ciento hospitalizados graves y el 4.58 por ciento ha requerido intubación.
De lo que hagamos nosotros como ciudadanos, dependerá el futuro de la pandemia en nuestro país. Lo demás es politiquería, ganas de estar en los reflectores, ganarse likes o mentadas de madre – dicen algunos “expertos” en marketing político que mas vale que hablen de uno aunque se mal-, allá las conciencias de cada quien, si es que la hay. Es momento de la solidaridad y muy a nuestro pesar, de #QuédateEnCasa. El asunto va para largo. El Covid-19 no ha dicho su última palabra.
