Luis Octavio Murat Macías.
En una de las “man?aneras” parecidas aunque menos ca?lidas a “Las charlas ante la chimenea” de Franklin D. Roosevelt, que abundantes y buenos frutos le rindieron ante la nacio?n. Se referi?a el presidente López Obrador al New Deal o Nuevo Trato, que aplicó precisamente el presidente Franklin D. Roosevelt, a fin de reconstruir la devastada economi?a de su pai?s.
Sacar al pai?s del hoyo causado por la “Gran Depresio?n” aplicando la ley contra los monopolios; ampliar la publicidad a las ofertas de valores; regularizando el funcionamiento de empresas fundadoras, apoyando a emisoras de acciones y valores y el comercio i?nter-estatal; reglamentando el cobro de cuotas de las empresas de utilidad pública; vigilando a las Bolsas de Valores y Mercanci?as.
Todo ello, subrayando los errores y abusos del gobierno anterior de Herbert Hoover como fueron los crecientes déficits más el derroche que hizo de millonarias cantidades de dinero, de los miles de millones de do?lares que volvieron a circular libremente, mientras todo subi?a, salarios, precios, ventas y deuda pública pero que lo teni?a sin cuidado al considerar que los sabios de Harvard y los economistas keynesianos no le preocupaban ya que “se trataba del dinero que nos adeudamos a nosotros mismos”, deci?a. Roosevelt fue considerado como un presidente reformista que introdujo a la Casa Blanca al exclusivo mundo de los grandes negocios.
El New Deal suprimio? oficinas ostentosas y sustituyó dependencias por otras, como ahora lo hace AMLO con el Seguro Popular, Los Pinos en museo populista, o Sheinbaum quitando ventanales blindados de las oficinas de gobierno de Ciudad de Me?xico, en aras de la supuesta austeridad de su muy personal “New Deal” o 4a Transformacio?n como él lo llama.
El Nuevo Trato del gobierno de Roosevelt redujo salarios de los empleados federales y los gastos de gobierno 25%; canceló las solicitudes de prestamos para la administracio?n y redujo el presupuesto de su gobierno.
El sello que AMLO le imprimio? a su administracio?n, en ocasiones, me da la impresio?n de que confunde a Hoover con Roosevelt, y el Keynesianismo de ambos, pues el fondo y las formas de gobernar, por momentos, coinciden con el perfil de árbitro dominador del presidente Herbert Hoover—1929-1933, quien en el momento de que Europa fue seguida por el desempleo cro?nico, desató una obsesio?n desenfrenada entregando enormes sumas de dinero público a los pobres y desocupados; aumentó la deuda pública, debilitó a la iniciativa privada; desató la confusio?n y el temor en la nacio?n; trastornó el cre?dito pu?blico; provocó el aumento de la violencia de los opresores contra los trabajadores y que los hombres de negocios reclamaran tambie?n privilegios especiales. Obviamente el odio entre las clases sociales acabó con la colaboracio?n esponta?nea. De ahi? que Hoover y su idea de Europa coincidiera con los planes de los Tugwell, de los Manden, de los Henderson, de los Hillman, de los Wallace y de los Hopkins, planes que fueron la base del programa del Tercer Nuevo Trato que, en efecto, no era comunista ni fascista pero que inclui?a a elementos fascistas, comunistas, rojos y rojizos, trabajando conjuntamente bajo un sistema de capitalismo dirigido.
Franklin D. Roosevelt se condujo con habilidad para tratar a los medios de comunicacio?n. Sus “charlas ante la chimenea” se hicieron famosas, aumentando la comunicacio?n y confianza de la nacio?n en su gobierno.
Franklin D. Roosevelt estuvo casi cuatro periodos al frente del gobierno, 1933 a 1945, su legado fue enderezar la economi?a mediante el llamado “Nuevo Pacto o New Deal” aplicando correctas medidas econo?micas y sociales para reactivar el consumo y la inversio?n, reordenó el sistema financiero y productivo del pai?s destruido a consecuencia del Crack de 1929 conocido como la Gran Depresio?n, aplicando los principios de la teori?a de John Maynard Keynes consistentes en la intervencio?n del estado en periodos de crisis para reactivar la economi?a, aún a costa del aumento del déficit interno.
@luis_murat