Francisco Garfias.
¿Y la tregua que proponía AMLO? ¿Dónde quedó? Se diluyó en ese discurso con aroma de lucha de clases que tiene el Presidente de la República. Otra vez la diatriba contra “los de arriba”, los “conservadores”, los “vulgares ambiciosos”.
Fiel a su retórica de polarización social, el presidente dejó muy claro que no habrá reducción de impuestos, ni nada que se le parezca, para aliviar las presiones provocadas por el coronavirus en “un sector de la élite del poder”.
¿Motivo? La permanencia de sus programas sociales.
Lo dijo con todas sus letras en la mañanera de ayer:
“Si decimos que no se pague el Impuesto Sobre la Renta o que se reduzca, ¿Qué va a significar eso? Menos ingresos, menos recaudación.
“¿Y de dónde vamos a sacar para darle a los adultos mayores, para darle a las niñas, a los niños con discapacidad, para darle a los campesinos, para otorgar créditos a las pequeñas empresas familiares?”, preguntó.
En otras palabras, frente a la vorágine económica que ha producido el virus, no habrá respuesta fiscal para paliar la caída de los sectores productivos.
Pero eso sí. El Gobierno Federal les exige no despedir a los trabajadores so pena, cito a Marcelo Ebrard, de aplicar sanciones administrativas y hasta penales.
La 4T pide a empresas que manden a casa, con goce de sueldo, a los trabajadores que pertenezcan a grupos vulnerables (por edad, diabetes, hipertensión, insuficiencia renal). Es lo correcto. ¿Pero será posible aunque fábricas y negocios paren?
Hay un contrasentidio en la postura del Jefe de la Nación. Si las empresas quiebran –y va a haber muchas— se caerá la fuente de recaudación, y de todas maneras no habrá recursos para esos programas sociales.
El texto no es una defensa de los “privilegiados”. Tampoco una confirmación de la máxima que le escuchamos a AMLO de que “si llueve arriba, gotea abajo”. Es una alerta sobre los millones de empleos que están amenazados por la probable cascada de quiebras.
El domingo 5 de abril, el presidente anunciará el Plan de Reactivación Económica. Ya adelantó que no habrá apoyos para las grandes empresas.
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Mucho se ha hablado en los últimos días de reconversión hospitalaria para atender la pandemia del Covid-19.
La idea es estar preparados para que en México no se repitan las experiencias de Italia o España, donde el sistema de salud fue rebasado por la pandemia y se tuvo que decidir entre quién vive y quién muerte en razón de la edad.
Los hospitales del Sector Salud ya realizan conteos de lo indispensable para hacer frente a la crisis.
Los del sector privado también se encuentran haciendo sus números y, junto con las aseguradoras, se han declarado preparados para atender por lo menos al 10 por ciento de la población con seguro de gastos médicos mayores. Y eso sin contar con la población que tenga los medios y decida recurrir a este sector.
Es una buena noticia para la Secretaría de Salud y para el doctor Hugo López-Gatell, vocero del gobierno federal. La afluencia de casos que requieren hospitalización se vería aliviada, pero también la de los pacientes que reciban atención ambulatoria.
El ahorro para el sector salud, nos aseguran, sería de más de 900 millones de pesos.
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De Chetumal nos informan que Morena, el PT y el PVEM aprobaron sesionar hoy en el Congreso de Quintana Roo a pesar de la declaratoria de emergencia sanitaria. El pretexto es destinar recursos a familias afectadas por el Covid-19.
El proyecto que aprobarían pretende que los mismos diputados repartan las despensas para ganar voluntades en un estado gobernado por la oposición.
No sobra decir que la diputada local del PT, Ana Pamplona, quien estuvo en la reunión en la que se aprobó sesionar, hizo público un video en el que informa que es positiva al Covid-19. El coordinador del PVEM, José de la Peña, amenazó con demandarla por haberlos puesto en riesgo.
Queda saber si logran reunir el Quórum.
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Una buena: llegaron de China 50 mil kits de prueba para detectar el Coronavirus. El canciller Marcelo Ebrard lo confirmó en un tuit donde agradece el gesto de ese país oriental.
FIN.
