Estados Unidos.-Un cielo gris se cernía este martes sobre Florida, en víspera del día previsto para el despegue de un cohete de SpaceX con dos astronautas abordo, en la misión más peligrosa y de alto nivel jamás confiada a una empresa privada por la NASA.
Pese a la condición climática reinante en esta zona del sureste de Estados Unidos, el pronóstico meteorológico para la hora del lanzamiento es favorable en un 60%, según el último boletín para Cabo Cañaveral.
Tras cumplir una estricta cuarentena de dos semanas, Bob Behnken y Doug Hurley tripularán la cápsula Crew Dragon, que será lanzada por un cohete Falcon 9 de SpaceX, la empresa fundada en 2002 por el visionario Elon Musk.
Creador de los automóviles eléctricos Tesla, Musk hizo una gran fortuna con PayPal y, obsesionado con Marte, no dudó en lanzarse a la conquista espacial.
El destino: la Estación Espacial Internacional (ISS), que orbita a 400 kilómetros sobre el nivel del mar a 27.000 kilómetros por hora.
Para Estados Unidos, el éxito de esta misión será motivo de orgullo nacional, pues desde el último vuelo de un transbordador espacial en 2011 recurrió a los cohetes rusos para viajar al espacio, no pudiendo depender de sí mismo.
La pandemia de covid-19 y el confinamiento impuesto para evitar su avance no implicaron un freno al lanzamiento.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asistirá al ansiado despegue, siendo el tercer mandatario en funciones del país en observar la salida de un vuelo tripulado, después de Richard Nixon y Bill Clinton.
Toda América tendrá la oportunidad de ver a nuestro país hacer algo increíble nuevamente”, dijo este martes el administrador de la NASA, Jim Bridenstine.
La agencia espacial resucitó un logo apodado “el gusano”, utilizado en la década de 1970, que con sus líneas rojas adornará el cohete, en un guiño a la nostalgia de la potencia y la carrera por conquistar el espacio.
SpaceX entró en la historia al convertirse en la primera compañía privada en acoplar una cápsula con provisiones a la ISS en 2012. Dos años más tarde, la NASA ordenó avanzar hacia el envió de astronautas, adaptando la cápsula Dragon para el transporte de pasajeros.
Así, colaboró con el sueño original de Musk: “habíamos puesto ventanas en la versión de carga del Dragon”, recordó el lunes el alemán Hans Koenigsmann, vicepresidente de SpaceX.
Fuimos fundados con la idea del vuelo espacial humano”, agregó emocionado.
RETRASOS
El programa, en el que la NASA ha invertido más de 3.000 millones de dólares, lleva un retraso de tres años. Boeing está construyendo por separado la cápsula Starliner, con un retraso aún mayor.
Después de un exitoso vuelo de prueba no tripulado el año pasado, una cápsula Crew Dragon explotó en durante una prueba en tierra de los propulsores. El desarrollo de los cuatro grandes paracaídas de la cápsula para el retorno también experimentó algunos contratiempos.
Pero después de miles de revisiones, la NASA cree estar lista para amarrar a dos de sus astronautas en la parte superior de un cohete de 500 toneladas lleno de combustible.
Nunca nos sentimos cómodos, porque es ahí cuando uno deja de hacerse preguntas”, dijo Kathy Lueders, la jefa del programa comercial de vuelos tripulados de la NASA. “Vamos a estar alertas hasta que Bob y Doug regresen a casa”, agregó.
INVITADOS RUSOS
El clima sigue siendo la única variable incontrolable. Pero “la tendencia es buena”, señaló Bridenstine, pese a la lluvia que lo obligó a dar su conferencia de prensa bajo techo y no delante del gran reloj de cuenta regresiva.
La decisión de aplazar el lanzamiento puede tomarse hasta 45 minutos previo al despegue, programado para las 16H33 (20H33 GMT). Las próximas potenciales ventanas de salida son el sábado y el domingo.
Una vez en órbita, la cápsula de Doug Hurley y Bob Behnken demorará 19 horas para acoplarse a la estación. Los astronautas podrían quedarse allí hasta principios de agosto.
El viaje de retorno será como el de las cápsulas de Apolo: caerán en el océano, en este caso el Atlántico, frente a la costa de Florida.
Si la misión es exitosa, comenzarán vuelos tripulados regulares. Para fines de agosto está previsto que tres estadounidenses y un japonés viajen a la ISS. En próximas misiones se invitará a socios europeos y canadienses.
Los rusos, que construyeron la ISS en conjunto con los estadounidenses, acordaron continuar con su antigua asociación espacial, que “realmente está por encima de la geopolítica terrestre”, según Bridenstine.