Carlos Arturo Baños Lemoine.
La Cuarta “Transtornación” Mental, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, es un monstruo que está devorando a sus propios hijos. Y lo está haciendo de forma cruel y despiadada.
Un nuevo capítulo se está escribiendo en la vergonzosa novela de la 4T. Lo protagonizan dos periodistas “chairas” y feministas: Sanjuana Martínez y Carmen Aristegui.
Todo comenzó cuando dejaron fuera a Carmen Aristegui de los grandes cargos gubernamentales en materia de comunicación: la ningunearon, la sobajaron, la humillaron…
Aristegui ya se veía como la Goebbels de la Cuarta “Transtornación” Mental, tirando línea editorial a diestra y siniestra, manejando discrecionalmente abultados presupuestos, bloqueando periodistas y medios a su antojo, consintiendo a sus propagandistas preferidos, vengando viejas rencillas personales, etc.
¿Y qué pasó con ella? ¡Que López Obrador la dejó fuera!
A Jesús Ramírez le dio la Comunicación de la Presidencia.
A Jenaro Villamil le dio el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano.
A José Antonio Álvarez le dio el Canal Once (IPN).
A Armando Casas le dio el Canal 22.
A Aleida Calleja le dio el Instituto Mexicano de la Radio (IMER).
A Gabriel Sosa Plata le dio Radio Educación.
A Fernando Coca le dio el Canal 14.
A Lidia Camacho le dio Televisión Educativa.
Y a Sanjuana Martínez le dio NOTIMEX, la agencia de noticias del Estado Mexicano.
¿Y qué le dieron a Carmen Aristegui?… ¡Nada!
Sólo “logró” una alianza de su medio, Aristegui Noticias, con el cuestionado Grupo Radio Centro, de la familia Aguirre.
¡Qué gran humillación para la periodista que, directa o indirectamente, tanto ha servido a los intereses de López Obrador!
No olvidemos que Carmen Aristegui fue una golpeadora mediática durante al menos tres sexenios (Fox, Calderón y Peña). Sus notas, sus investigaciones “especiales”, sus entrevistas y sus entonaciones contribuyeron a potenciar la figura política de López Obrador: al raspar y rasgar la piel de los enemigos del tabasqueño, Aristegui lustraba la imagen de éste, de forma directa o indirecta.
Carmen Aristegui hizo buena labor de propagandismo (directo o indirecto) a favor de López Obrador, ni duda cabe. Fue su fiel escudera y su microfonista devota. Pero, tras el triunfo pejista en el 2018, Aristegui se quedó sola, aislada, desplazada, relegada… ¡el Nerón de Palacio Nacional ya no la necesita más!
Ya sabemos que ésta es la forma de proceder de López Obrador: usa a la gente y, cuando ya no le es útil, la deja caer al piso, cual si se tratara de una cáscara de plátano.
Carmen Aristegui quedó humillada por López Obrador. Un hecho que quedará inscrito en la historia negra del periodismo en México.
Y aunque Aristegui ha evitado incomodar directamente al Nerón de Palacio Nacional, ha lanzado varios dardos envenenados a algunos de sus pajes, especialmente a Sanjuana Martínez, la directora de NOTIMEX. Esto a raíz de los problemas laborales al interior de esta agencia; problemas que han sacado lo peor de la ahora funcionaria pública.
Como ya sabemos, Aristegui, en conjunto con Artículo 19 y el ITESO, publicaron una investigación que “demuestra” el uso perverso y faccioso de bots para atacar a periodistas críticos. Directivos de NOTIMEX estarían detrás de esta estrategia de golpeteo mediático.
Obvio, a Sanjuana Martínez no le gustó el contenido de dicha investigación y, curiosa y coincidentemente, de inmediato se desató una campaña sucia contra Carmen Aristegui. Se trata de una campaña llena de vileza, de ruindad, de bajeza, que incluso ha tocado los aspectos más íntimos de Aristegui: desde su supuesto lesbianismo hasta su vinculación sexo-afectiva con Emilio Zebadúa, a quien por muchos años se le achacó ser padre del único hijo de la periodista.
Como es sabido, además, Emilio Zebadúa está íntimamente ligado al turbio asunto de la Estafa Maestra, por lo que Aristegui recibió algunas salpicaduras: cómplice, encubridora, prestanombres, etc. Los bots la han acusado de todo.
Qué tan fuerte resultó la campaña negra contra Aristegui que incluso ella tuvo que salir a desmentir asuntos de su vida privada: no, Emilio Zebadúa no es el padre de su hijo.
La funesta presión del “hetero-patriarcado capitalista” la obligó a dar explicaciones sobre una parte de su vida íntima.
¡A ese grado, caramba!
Carmen Aristegui siempre ha sido muy hermética con respecto a su vida privada, y con justa razón: por algo la vida privada es privada en el moderno Estado de Derecho. Toda invasión a la vida privada de cualquier persona es una acción deleznable, se trate de quien se trate. El Estado sólo puede intervenir en nuestra intimidad cuando en este ámbito se comete algún delito.
¡Qué sucio ataque a Carmen Aristegui!
Más sucio si pensamos en el origen del ataque: bots que, desde el anonimato cobarde y el oscuro financiamiento, pretenden hacer picadillo a una de las periodistas más afines al proyecto de López Obrador, sólo porque se atrevió a criticar a otra de las propagandistas de López Obrador, a Sanjuana Martínez.
¡Ah, cuánta “sororidad”!
¡Feministas “chairas” mordiéndose entre sí! ¡Quién lo dijera!
¿Y por qué las feministas de MORENA se han quedado de nuevo calladitas?
¿Por qué la feminista Carmen Aristegui no ha recibido en cascada el apoyo de sus “hermanas”?
¿Será que para Carmen Aristegui no aplica eso de “Yo sí te creo, hermana”?
¿Por qué las feministas no han salido, en rebaño, a denunciar la “violencia por razones de género” contra la feminista Carmen Aristegui? ¿Será porque saben lo vengativo que es el Nerón de Palacio Nacional?
Vaya, vaya, vaya… a veces ni siquiera es necesario criticar a las feministas: de tanto en tanto, solitas se despedazan entre ellas.
¿Cuál será el futuro profesional de Carmen Aristegui? ¿Se terminará sometiendo a la Cuarta “Transtornación” Mental? ¿Calmará sus críticas si le dan un buen “hueso”?
No se pierdan ustedes, amables lectores, el próximo capítulo de su gustada novela “Yo tengo otros datos”, del afamado escritor Andrés Manuel López Obrador.
Por vía de mientras, veamos cuál es el desenlace del enfrentamiento entre Sanjuana Martínez y Carmen Aristegui, un pleito entre feministas “chairas”, y eso sí… ¡con “perspectiva de género”!
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Este artículo de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.
