Por medio de un comunicado, AI anunció que en su informe El costo de curar: los derechos de personas trabajadoras de la salud en las Américas durante el Covid-19 y más allá logró documentar cómo el personal sanitario trabaja a menudo en condiciones inseguras, con equipos de protección insuficientes y se arriesga a sufrir represalias de las autoridades o los empleadores si denuncia su situación, mientras que en algunos casos ha sufrido incluso amenazas de muerte y ataques físicos
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El colectivo recordó que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los trabajadores de limpieza y mantenimiento deben tener mejor equipo de protección que otros miembros del personal hospitalario, incluidos los médicos y las enfermeras, que pueden no tener contacto con pacientes de Covid-19.
Sin embargo, Amnistía Internacional observó que a menudo los trabajadores de limpieza están mal pagados, reciben prestaciones de seguridad social precarias y en algunos casos laboran para empresas que no garantizan el uso de equipo de protección personal adecuado.
Un ejemplo de lo anterior es el de un limpiador de 70 años que ganaba poco más de cinco dólares estadunidenses al día trabajando para una empresa privada en un hospital público de la Ciudad de México.
El hombre declaró a AI que, cuando preguntó si podía dejar de limpiar las zonas donde están ingresados decenas de pacientes de Covid-19, ya que no tenía equipo de protección alguno y corría un riesgo especial debido a su edad, su empleador accedió, pero le redujo el salario 16 por ciento.
La Jornada