José C. Serrano.
Olga Wornat, periodista y escritora argentina ha incursionado en temas muy sensibles para quienes han ostentado el poder político y económico al amparo de la transa y la impunidad.
En mayo de 2005 fue notificada de que había en su contra una demanda penal por “daño moral“, interpuesta por la entonces primera dama, Marta Sahagún de Fox, cónyuge del entonces presidente de la República.
La reacción, a todas luces viceral, de la oriunda de Zamora, Michoacán, se produjo porque la letrada argentina publicó La Jefa. Vida pública y privada de Marta Sahagún de Fox. En el texto, la autora señala entre otras aseveraciones, que los hijos de Sahagún, principalmente, Manuel Bribiesca Sahagún, trafica con influencias y se ha enriquecido con contratos en el ramo de la construcción.
La entonces “primera dama” sentenció que “la libertad de expresión se debe ejercer con apego a la verdad, la responsabilidad y la ética. Como mujer y como ciudadana he dejado siempre bien claro mi compromiso con la justicia”. Quien le escribió este mensaje, porque ella no era capaz de hacerlo, le puso en sus manos una tarjeta repleta de lugares comunes, palabras hueras.
Recientemente, el 14 de mayo, en entrevista con la prensa, Wornat habló de la investigación con respecto al gobierno del expresidente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y de los nexos de Genaro García Luna con el crimen organizado.
Wornart aseguró que escribió un libro en el que relataba toda la investigación, sin embargo, éste nunca pudo ser publicado debido a que en 2011 la escritora y su asistente, el periodista Édgar Monroy, recibieron amenazas, intervenciones en sus aparatos telefónicos, intentos de “accidente”y otras formas de presión para impedir que se publicara en Editorial Planeta el libro Felipe, el oscuro, referente a las diversas facetas críticas de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, entonces primer mandatario del país.
Las amenazas fueron tan severas y directas que, la escritora tuvo que salir huyendo de México para refugiarse en Estados Unidos. El instigador de tales tropolías fue el ingeniero mecánico Genaro García Luna, quien contaba con el consentimiento del Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas.
El pasado 7 de mayo, la periodista publicó a través de su cuenta de Twitter que había dos testigos de los vínculos que García Luna tenía con el narcotráfico, pero ambos perdieron la vida en accidentes aéreos durante el gobierno del multicitado Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. También asegura la escritora que tiene en su poder tres clips en los que se ve al extitular de la Secretaría de Seguridad Pública, recibiendo dinero de los señores del narco.
Es una necesidad esencial (para acoplarse a la “nueva normalidad”) rescatar la novela de Olga Wornat para conocer su contenido. Los primeros interesados deberían ser los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), garantes de la constitucionalidad de los actos de quienes han ocupado la Primera Magistratura del País y, enseguida, el casi invisible titular de la Fiscalía General de la República, para conducir las investigaciones a que haya lugar. El asesinato es un crimen que se persigue de oficio.