Raúl Flores Martínez.
Para nada es una sorpresa que tanto los elementos de la Armada de México, como de la Defensa Nacional volvieran a las tareas de seguridad pública en el país.
A través del Diario Oficial de la Federación, se publicó el acuerdo para que soldados y marinos puedan encargarse de tareas de seguridad pública en el país, “complementando” a la Guardia Nacional.
Es decir a partir de este día y hasta marzo de 2024, los efectivos militares estarán nuevamente en las calles del país combatiendo los delitos de alto impacto.
Con esto, es más que justo señalar que la Guardia Nacional, es y será un fracaso, como lo hemos publicado en diversas ocasiones al igual que la “estrategia de seguridad” planteada por Alfonso Durazo Montaño.
En los últimos 16 años me involucré en la cobertura de las Fuerzas Armadas, a través de esos años he visto la evolución en sus adiestramientos, pasando de los adiestramientos de combate en campo a urbanos.
Prueba de ello en el caso de la Armada de México, los exitosos operativos para detener a jefes del crimen organizado, sin disparos en grandes fraccionamientos de lujo de algunos estados del país; esto es la prueba de la excelencia en inteligencia y operatividad de esta noble institución.
Algo que debemos ser claros, le falta al Ejército mexicano, acostumbrado más al “topón” al enfrentamiento fortuito en las laderas y calles de los estados del norte del país.
Con esta segunda parte de la guerra contra el narco; México se teñirá más de sangre, los enfrentamientos serán más cruentos y por ende el resultado, serán más muertos que quizá sobre pasen los dos últimos sexenios tan fuertemente criticados por la 4T.
Con esta “militarización” que no es más que mayor seguridad, se podría decir que la estrategia de seguridad, es un fracaso al igual que la Guardia Nacional.
Un fracaso del Presidente López Obrador que por fin entendió que sus “abrazos no balazos” y el acusarlos con “su mamá” en nada contribuyó con la seguridad del país.
Ahora estamos en la antesala de la segunda etapa de la guerra contra el crimen organizado, donde la Comisión Nacional de Derechos Humanos, no tiene ni voz, ni voto; será como su titular de Piedra, sin señal de vida.
