Raúl Flores Martínez.
Alguna vez ha sentido que la respiración te hace falta y por más que abres la boca, no puedes jalar aire; esa es la sensación de los que ahora necesitan un respirador en los hospitales donde luchan contra el COVID-19.
En días pasados una turba con celular violó todas las reglas de sanidad al entrar al Hospital Las Américas en el municipio de Ecatepec; las escenas por demás escalofriantes por los muertos que siguen ahí abandonados.
El dolor, la incertidumbre y la falta de información sobre el estado de los pacientes, está generando que los familiares rompan todo tipo de protocolos de seguridad para saber sobre sus familiares.
Eso genera confrontación entre la población, autoridades de salud y seguridad, que son las más golpeadas por la furia de las masas, que solo piden información sobre sus pacientes.
Quizá usted diga que es fácil escribir desde la comodidad de la cama o casa; déjeme decirle que no, no es fácil. Se me complicó una simple infección en la garganta y he peregrinado al igual que muchos enfermos de un lado a otro; sin ser recibidos por algún médico por el simple hecho de no estar en riesgo.
Lo que es preocupante, es que hasta ayer domingo suman 23 mil 471 personas con COVID-19, 2 mil 154 defunciones y 12 mil 664 casos sospechosos. Con una tasa de letalidad de 9.17 por ciento.
Aún así, a pesar de los videos que han salido, como el del Hospital Las Américas en Ecatepec, los valemadristas siguen saliendo, siguen caminando por la calles con sus familias enteraras; sin ningún tipo de restricción sanitaria.
Hoy, algunos de esos valemadristas, se debaten entre la vida y la muerte, o en algunos casos, están esperando ser cremados; porque si usted no sabía ante la saturación de hospitales, las funerarias y crematorios, trabajan a marchas forzadas.
Y eso que apenas iniciamos la escalada de contagios en masa y de muertes, que bien lo hemos escrito serán aportadas por la CDMX y Estado de México.