Rubén Cortés.
Con la muerte, ayer, de Óscar Chávez (y de Luis Eduardo Aute el día 4), se fueron en abril dos de los más grandes autores en español de la época utópica en que el mundo creía que las revoluciones se podían alcanzar a través de las canciones.
Óscar Chávez murió ayer de COVID-19 en la CDMX, a los 85 años, y era más o menos una década mayor que los demás exponentes del Nuevo Canto (Silvio, Pablo, Serrat, Jara, Ana Belén…), que en Cuba, su cuna, se llamó, primero, Canción Protesta, y luego Nueva Trova.
Y su Por ti (que, más que canción, fue un himno de varias generaciones desde que la compuso en 1974) también estuvo en los labios de decenas de jóvenes latinoamericanos que murieron en la flor de la vida tratando de implantar el comunismo en sus países.
Aunque Por ti, como muchas de aquellas canciones hoy pueden ser escuchadas como lo que eran en realidad: canciones de amor profundo, que, sin embargo, la maquinaria propagandista pagada por el bloque soviético les dio un halo de canciones combativas.
Escuchada ahora, es diferente:
Por ti yo dejé de pensar en el mar
Por ti yo dejé de fijarme en el cielo
Por ti me ha dado por llorar como el mar
me he puesto a sollozar como el cielo
me ha dado por llorar
Canciones, muchas, metidas con fórceps al trillo de la revolución, siempre con el consentimiento de sus autores que, en los años 70, sólo recibían por ellas aplausos en pequeñas peñas universitarias y “amigos y citas y algún que otro favor de una chica bonita”.
Pero que en los 80 hicieron lana con el capitalismo que criticaban, pues la industria musical los promovió al ver un filón en aquellos adolescentes y jóvenes que, gracias al capitalismo, tenían dinero para discos, conciertos y aparatos de sonido.
Por ti fue grabada con Warner Chapell Music, que tiene a Bee Gees, David Bowie, Eric Clapton, Luis Miguel, Lucrecia, Lacy Paradice, Bosé. Así que nada de aquello de “una posición diferenciadora a las manifestaciones predominantes o comerciales”.
Con todo lo prolífico que fue Óscar Chávez, su mejor canción es Por ti, que fue la segunda que compuso y una canción que, como Yolanda, de Pablo Milanés, o Unicornio, de Silvio Rodríguez, nada tienen de “revolucionarias”, aunque así las vendan.
Las tres, junto con Ojalá, también de Silvio, Comienzo y final de una verde mañana, de Pablo, y Lucía, de Joan Manuel Serrat son las canciones de amor más hermosas de la Nueva Canción, agregando quizá Canción para Pilar, de Víctor Manuel.
Pero Por ti tiene el peso evocativo del México de los 70.
Un México en blanco y negro.
