Por Raúl Flores Martínez.
Hasta el momento uno trata de analizar las decisiones de los gobernantes que no se ponen de acuerdo en esta pandemia, que lleva hasta las siete de la tarde de este domingo 17 mil 141 muertos por el coronavirus.
Qué orilló al Presidente Andrés Manuel López Obrador y a su pupila Claudia Sheinbaum a tomar la decisión de cambiar el color de semáforo de rojo a naranja.
Sabemos que la economía de todos está por los suelos, que hay miles de desempleados y negocios en quiebra, pero que un jefe de Estado diga que “uno debe cuidarse y no el gobierno”, eso es ya no tener madre en medio de una pandemia.
Hoy empezamos la llamada transición de semáforo rojo a naranja, las actividades comerciales comenzarán activarse, lo que pondrá en movimiento a millones de personas, muchas de ellas siguen con la retrógrada idea de que el Covid, es solo un invento del gobierno de México.
Para todos ellos, no queda más que decir “Bienvenidos a la selección natural”, una selección que se verá reflejada la primera semana de julio, dónde esperemos que el gobierno de la 4T tenga la responsabilidad de dar a conocer las cifras reales de contagios y muertes.
Este semáforo naranja, será el punto de quiebre del gobierno federal y CDMX que pueden salvar a Morena o simplemente será la tumba para este partido en el poder.