Francisco Garfias.
A Giovanni López, asesinado por la policía en un municipio priista de Jalisco, le dedicaron un minuto de silencio en la Comisión Permanente, a petición del diputado de Morena, Javier Hidalgo.
Pero el debate que siguió en la agenda política de la sesión lo utilizaron, Morena y sus rémoras, para “madrear” al gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, que está convertido en el nuevo “villano favorito” del presidente.
De “represor” y “asesino” no lo bajaron.
Algo que nos brinco fue que a Melanie, la adolescente pateada por elementos policía capitalina durante los disturbios de los seudoanarquistas en la CDMX, no le dedicaron una palabra.
Tampoco pidieron un minuto de silencio por Oliver López, asesinado por la Policía de Tijuana con la misma técnica con la que eliminaron a George Floyd, en Minneapolis, Minnesota.
Le aplastaron el cuello con el pie hasta que se asfixió. Los reportes dicen que fue detenido “por aventar piedras”.
Tampoco lo hicieron por Carlos Navarro, arrestado en Xalapa, Veracruz, el pasado mes de mayo.
Lo llevaron al cuartel de policía de San José. No salió con vida. Tenía 33 años. Murió de “un infarto”, según el reporte oficial.
La cosa es que ni Jaime Bonilla, Baja California, ni Claudia Scheinbaum, Ciudad de México, ni Cuitláhuac García, Veracruz, fueron acusados de represores.
¿Será porque son gobernadores de Morena? Es pregunta.
La oposición no olvidó a las otras víctimas. Derribó el muro de silencio de los casos ocurridos en entidades gobernadas por los suyos.
Pidió el minuto de silencio por Carlos Navarro y no les quedó de otra…
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Para nadie es un secreto que los órganos reguladores no son del gusto del presidente López Obrador.
Limitan su poder personal y discrecional; estorban a su proyecto de gobernar sin contrapesos; le quitan recursos a sus programas clientelares.
La consigna es debilitarlos o desaparecerlos.
Ricardo Monreal, cabeza de la Junta de Coordinación Política en la Cámara alta, ya puso manos a la obra para eliminar tres de estos órganos.
Adelantó que en el próximo período ordinario de sesiones, que arranca en septiembre, presentará una iniciativa para desaparecer la CRE, la COFECE y el IFETEL.
En su lugar se crearía el Instituto Nacional de Mercados y Competencia para el Bienestar.
Ese organismo regularía las tres funciones: telecomunicaciones, energía, competencia
El argumento para desaparecer los órganos reguladores es que constituyen una “pesada carga” en tiempos de austeridad.
Ya ven que el presidente se enojó cuando la Suprema Corte falló a favor de que los funcionarios de Cofece (y los del INEGI) ganaran más que él.
En una de sus mañaneras hasta amenazó con enviar una nueva iniciativa al Congreso para que, sin excepciones, el salario de los funcionarios sea menor al del presidente.
¿Quién Sigue? ¿El INE? El INAI? ¿El INEGI?
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Ojalá no quede en rollo la propuesta del senador de Morena Eduardo Ramírez, brazo derecho de Monreal, de bajar seis meses el IVA el 16 al 10 por ciento.
La medida ayudaría a los maltrechos bolsillos de los mexicanos que nomas no ven la salida del túnel en el que nos metió no solo el Covid-19, sino la 4T que aún no sabe lo que es crecimiento económico desde que llegó al poder en diciembre del 2018.
La cosa no se ve bien. Las malas noticias se suceden en cadena. Parecen no tener fin.
Ayer fue el turno de la OCDE. Prevé una “grave recesión” en México con una caída del 7.5 por ciento del PIB, en el mejor de los casos, y de 8.8 en el peor.
La reducción del IVA no se aplicaría en el norte del país, donde ya pagan el 8 por ciento de este impuesto al consumo.
La bancada del PAN en el Senado se sumó de inmediato. Bajar ese impuesto tendría efectos inmediatos en los precios.
Los beneficiaron seríamos todos y no solo las clientelas del presidente.
En los estados también se promueve que el IVA baje al 10 por ciento. Gerardo Islas, diputado del PANAL, lo propuso en el Congreso local, como medida para palear el impacto económico del Covid-19.
FIN.