México.- La Comisión de Transparencia y Anticorrupción, que preside el diputado Óscar González Yáñez (PT), conoció la labor de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) para fiscalizar el ejercicio de los recursos públicos y las acciones que implantará como parte de la nueva normalidad tras la pandemia del Covid-19.
En la séptima reunión en plataforma digital, la instancia legislativa también analizó las propuestas con punto de acuerdo relativas a que la ASF realice auditorías al programa social “A toda máquina”, instaurado en Jalisco, a las retenciones de la “cuota liga” ejidal en Sinaloa, a la compra del estadio de beisbol, Héctor Espino, y al programa Apoyo a las madres trabajadoras en el cuidado de sus hijos, de la Secretaría de Bienestar, durante 2019.
González Yáñez propuso buscar un mecanismo para que el ciudadano pueda denunciar ante la ASF, porque con la documentación y evidencias que se exigen es muy complicado. “Yo veo muy difícil que un ciudadano logre esto”, cuando para el Congreso y la propia Auditoría acceder a información es dificultoso.
Sobre el desarrollo de los encuentros virtuales, refrendó que contribuyen a avanzar en el trabajo legislativo a través del análisis de las iniciativas y propuestas de punto de acuerdo. No tenemos un instrumento jurídico para acordar el voto, sólo presentar la intención del sufragio para que cuando se efectúen las reuniones presenciales se pueda emitir, precisó.
La Auditoría tiene el reto enorme de fiscalizar más del 30 por ciento del Presupuesto de Egresos de la Federación ejercido por entidades federativas, municipios e instituciones públicas de diversa índole en una multiplicidad de programas en el país.
Refirió que los “auditores robots” están conectados las 24 horas del día todo el año, buscando información y analizándola, tratando de encontrar patrones que den indicio de alguna irregularidad mediante algoritmos matemáticos, que permiten mapear la red de proveedores, observar todas las aristas del manejo de recursos, sobreprecios y vínculos con empresas fantasma.
Lo importante es que ya se tienen identificadas a este tipo de empresas, los montos que manejan y de dónde provienen los recursos, son una red de compañías que cambian de nombre y razón social, pero olvidan reformar los números telefónicos y correos electrónicos, lo que puede dar información de una presunta irregularidad como colusión y simulación en licitaciones públicas y contratación de proveedores.
El Arsenal / Con información de la Cámara de Diputados