Raúl Flores Martínez.
En una acción coordinada entre fuerzas federales y estatales, las autoridades llevaron a cabo la Operación Bastión, un contundente golpe contra la estructura de la Familia Michoacana en la zona sur del Estado de México. La ofensiva, que se extendió por varios municipios, resultó en la detención de al menos 15 integrantes de la organización, incluidos presuntos líderes clave responsables de la ola de violencia que ha asolado la región en los últimos años.
La operación se llevó a cabo tras meses de trabajo de inteligencia y vigilancia en municipios como Tejupilco, Luvianos, Tlatlaya y Amatepec, donde la presencia de la Familia Michoacana se había fortalecido debido a la falta de intervención efectiva en el sexenio anterior.
Fuentes cercanas a las investigaciones señalaron que las autoridades federales y estatales habían detectado un incremento en las actividades de extorsión, secuestro y narcotráfico en la región, lo que derivó en una escalada de violencia que afectó gravemente a la población local.
Durante los operativos, que incluyeron cateos simultáneos y despliegues tácticos en zonas rurales y urbanas, las fuerzas de seguridad incautaron armamento de alto calibre, drogas, vehículos blindados y equipo de comunicación sofisticado. Entre los detenidos se encuentran presuntos operadores financieros y jefes de plaza, quienes coordinaban las extorsiones y el trasiego de droga hacia otros estados del país.
La violencia en esta zona es el resultado de la negligencia y omisión de las administraciones pasadas, tanto federal como estatal. Se permitió que la Familia Michoacana consolida su poder y controlara actividades ilícitas que afectaron gravemente la seguridad y el tejido social de la región.
En las últimas dos décadas, la Familia Michoacana ha sido una de las organizaciones criminales más arraigadas en el sur del Estado de México, utilizando tácticas de violencia extrema para mantener el control territorial. El vacío de poder y la corrupción en administraciones anteriores facilitaron la expansión de sus operaciones.
Con la Operación Bastión, las autoridades buscan no solo contener la violencia, sino también restaurar el orden y la seguridad en una región que ha sido golpeada por la impunidad y la infiltración del crimen organizado durante años.
