Carlos Arturo Baños Lemoine.
Las feministas utilizan mucho el mes de marzo para lanzar al viento sus dogmas y para desplegar en las calles sus ritos sectarios. Y, ya saben, uno de esos dogmas es el dogma de la “sororidad”, una especie de “hermandad” que dizque une a todas las mujeres sólo por el hecho de ser mujeres, o sea, en sus palabras: “por ser víctimas de la opresión histórica por parte del patriarcado y por ser compañeras de lucha por su liberación”.
Por ello, también es importante que utilicemos al mes de marzo para exhibir la farsa ésa de la “sororidad”, con ejemplos contundentes e innegables de la vida real. Comencemos.
Primero. En la pasada celebración de la Constitución de 1917, en el Teatro de la República de Querétaro, la Presidente feminista Claudia Sheinbaum “invisibilizó” a la Presidente de la Suprema Corte de “Inmundicia” de la Nación, la también feminista Norma Piña, ejerciendo así “violencia política de género”. Al no invitarla a la celebración, Claudia Sheinbaum maltrató, violentó, marginó, denigró, degradó y socavó a Norma Piña y, obviamente, las feministas de la Cuarta “Transtornación” Mental ni se inmutaron y menos aún se solidarizaron con Norma Piña porque, al fin y al cabo, se trata de “una ministra más del régimen neoliberal prianista”. ¡Qué linda “sororidad”!
Segundo. La misma Presidente Claudia Sheinbaum menosprecia, humilla y maltrata a las “madres buscadoras” al no querer reunirse con ellas, ya que su “investidura presidencial” pesa y vale más que la solidaridad con las mujeres que buscan a sus parientes desaparecidos. Ah, y no podemos dejar pasar el hecho de que incluso entre las propias “madres buscadoras” ya hay pleitos: allí está la disputa entre Cecilia Flores e Indira Navarro, sobre todo a raíz del asunto del Rancho Izaguirre (Teuchitlán, Jalisco). ¡Qué linda “sororidad”!
Tercero. A finales del 2024, la periodista feminista Adela Micha despidió escandalosamente de su programa La Saga a su colaboradora Maca Carriedo, también feminista además de lesbiana. El asunto ha sido nota desde entonces porque, después de destilar miel, hoy en día siguen de bronca y Adela Micha no descarta demandar a Maca Carriedo por “abuso de confianza” debido a presuntos malos manejos financieros. ¡Qué linda “sororidad”!
Cuarto. El pasado 5 de febrero, la modelo Valentina Gilabert recibió 14 puñaladas por parte de la influencer Marianne Gonzaga, de tan sólo 17 años de edad y madre de una bebita de menos de un año. Para esto, Marianne contó con el apoyo de otra joven de nombre Aintzane Ichazo, supuesta amiga de Valentina. ¿Y todo por qué? Al parecer por un “macho”. De milagro Valentina sigue viva. E insisto: ¡qué linda “sororidad”!
Y así podríamos seguir, mis amigos, porque ejemplos sobran; pero con esta muestra basta para demostrar que eso de la “sororidad” no es más que una farsa más del feminismo. Si alguien se quiere seguir tragando esa farsa, muy su problema.
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