Carlos J. Pérez García.
Hace tiempo mis columnas semanales en el periódico incluían muchos nombres de personas, pero los últimos años sólo los menciono en casos muy importantes o de modo figurado. Hoy, en un recuento, este texto contiene numerosas identidades a manera de precisiones o actualizaciones en la época tan dura que estamos viviendo. Veamos.
Andrés Manuel López Obrador, claro, despunta en este dramático tramo de la Historia de México. Y es en estos años tan malos para nuestro país que lo acompañan familiares como Beatriz Gutiérrez Müller y sus hijos José Ramón y Jesús Ernesto, más visibles por escándalos a lo largo del sexenio que los de nombre Gonzalo y Andrés. Luego, éste ha sido muy inflado a pesar de que nunca ha tenido funciones oficiales que puedan ser evaluadas.
Miren, la responsabilidad original de lo que ha venido sucediendo estos últimos 10 años radica esencialmente en Enrique Peña Nieto, junto a Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong, Virgilio Andrade, Gerardo Ruiz Esparza o Salvador Cienfuegos, además del candidato perdedor en 2018 José Antonio Meade y su coordinador de campaña Aurelio Nuño, en un sexenio que empezó bastante bien pero terminó hundido en corrupción e insensibilidad política. A su vez, prevaleció la astucia del experimentado candidato de Morena y su financiamiento irregular con operadores como Alejandro Esquer. Seis años después aseguraron su continuidad por medio de una costosa elección de Estado ante las fallas de gente como Santiago Creel.
Eso sí, los pésimos resultados de AMLO revalorizan las gestiones presidenciales de Felipe Calderón, Ernesto Zedillo y Carlos Salinas.
En los últimos tres gabinetes, los peores funcionarios serían algunos del párrafo anterior por diversos motivos, seguidos en el sexenio 2018-24 por Olga Sánchez Cordero, Adán Augusto López, Luis Crescencio Sandoval, Alfonso Durazo, Rosa Icela Rodríguez, Arturo Herrera, Rocío Nahle, Delfina Gómez, Leticia Ramírez, Jorge Alcocer, Alejandro Gertz y Martí Batres, a los que se suman del Gabinete ampliado Octavio Romero y Manuel Bartlett. Ahora, a partir de octubre de 2024 empiezan a destacar las deficiencias de varios como Mario Delgado, Ernestina Godoy y Juan Ramón de la Fuente.
¿Mujeres muy cuestionadas estos años? Luisa María Alcalde, Lenia Batres, Tatiana Clouthier, Viri Ríos, Loretta Ortiz, Yasmín Esquivel y Guadalupe Taddei. ¿Mujeres valientes y más o menos sensatas? Norma Piña, Lilly Téllez, Xóchitl Gálvez, Margarita Ríos Farjat, Reyna Haydee Ramírez y Dalila Escobar en diversas funciones.
¿Otros hombres muy objetados? Ricardo Monreal, Manuel Velasco, Epigmenio Ibarra, Alito Moreno, Alejandro Murat, los Miguel Ángel Yunes y Alejandro Solalinde. ¿Hombres valiosos? Carlos Urzúa, Ricardo Anaya, Alberto Castagne, Adrián Le Baron, Carlos Loret…
De los exgobernadores, asimismo, resaltan los excesos y las omisiones de Cuitláhuac García, Rutilio Escandón, Cuauhtémoc Blanco o Quirino Ordaz. Y entre los que están en funciones hay muchos que van muy mal, aunque consigan cierta popularidad con su demagogia populista.
Igual, hay empresarios que, por impulsar sus intereses, han avalado graves fallas del gobierno Federal, como Carlos Slim o Francisco Cervantes. Por su parte, Ricardo Salinas estuvo inicialmente en esa condición, pero se alejó al cuidar ventajas personales y crearse ingenuas aspiraciones políticas.
Veo muchos casos de individuos de menor importancia con los que repetir sus nombres significaría darles un lugar que no les corresponde. Están aquí, por ejemplo, una ambiciosa muchacha de Chihuahua o los “presidentes” del Senado y la Cámara de Diputados, que con tonterías claman por atención en cualquier oportunidad.
En fin, son 65 nombres, y nunca se acabarán las exclusiones, ni las menciones no tan justificadas, pero se va construyendo un relato histórico. Creo que estos listados pueden verse como un muestreo, aunque también arrojan estándares claros.
* LA PRESIDENTA NO DEJA de echarle ganas a los duros desafíos que le dejaron, sobre todo en narcotráfico, seguridad y migración, no tanto en salud o economía que no le interesan a Donald Trump. Parece confirmarse que ella no debía haber sido presidente, pero, con más razón, tampoco su predecesor que la dejó encargada de un gigantesco desgarriate.
Con todo, es presidenta. Y vemos que ahora no puede dejar de mentir o simular que ‘mucho cambia, para que todo siga igual…’ Pero, ojo, las candentes circunstancias le van a exigir más.
@cpgarcieral