Carlos Arturo Baños Lemoine.
El patetismo político de Claudia Sheinbaum sigue en ascenso. Y es que, mientras la primera Presidente de México encabeza ridículos espectáculos en honor a Cuauhtémoc y despliega un grotesco “nacionalismo nopalero”, en los hechos sólo ha demostrado sumisión y mansedumbre ante los caprichos del magnate Presidente de los EEUU, Donald Trump.
Todos los días, Claudia Sheinbaum afirma (con gritos débiles y desentonados) que México es “un país libre, soberano e independiente”, que México “no es colonia ni protectorado” y que “en México sólo mandan los mexicanos”. ¡Bah, pura soberanía de saliva!
En los hechos, Claudia Sheimbaum sólo ha buscado complacer a Donald Trump, esperando que su subordinación evite, para México, los castigos arancelarios que el gringo viene anunciando desde que asumió de nuevo el cargo de Presidente de los EEUU.
Veamos: el (des)gobierno de la Cuarta “Transtornación” Mental ha instrumentado operativos contra el contrabando chino, ha realizado reformas (incluso constitucionales) para combatir el tráfico de fentanilo, ha movilizado a diez mil militares hasta la frontera con EEUU para contener el tráfico de drogas y de migrantes, ha incautado inéditas cantidades de droga en todo el territorio nacional, ha capturado narcotraficantes como nunca antes y, además, ha entregado a las autoridades gringas a 29 “peces grandes” del narcotráfico mexicano… ¡y todo esto para complacer al güero de Washington!
Para Donald Trump, Claudia Sheinbaum y todo su gabinetito sólo son parte de la nueva temporada de The Apprentice, su célebre reality show: todos los días, Donald Trump los somete a la presión de sus deseos, de sus caprichos, aspirando a despedirlos si su desempeño no es el esperable. Y ahí están Sheinbaum y su gabinetito esforzándose para no ser “despedidos”. ¡Qué vergüenza! ¡Cuánta humillación!
Y, por supuesto, este maltrato político y personal debe dolerle doble a la comunista-feminista Claudia Sheinbaum, quien durante todos sus estudios y desde chamaca fue moldeada mentalmente por doctrinas rojas: el marxismo, la teoría de la dependencia, el anticolonialismo, etc.
Sobre todo en las aulas de la Universidad Nacional “Autótrofa” de México (la UNAM), Claudia Sheinbaum fue bombardeada por el catecismo izquierdoso, al igual que lo fueron varias generaciones de jóvenes que salieron de la universidad con muchos dogmas rojos y muy pocos conocimientos verdaderos y útiles.
Todas las noches, en la triste soledad de su dormitorio, Claudia Sheinbaum debe llorar su amarga desventura debajo de su póster del “Che” Guevara, al constatar que su comunismo trasnochado de nada le servirá, de nada absolutamente, frente al actual representante del abusivo e impositivo “imperialismo yanqui”.
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