Raúl Flores Martínez.
En una acción que ha generado múltiples reacciones, el gobierno de México extraditó a 29 integrantes del crimen organizado a Estados Unidos, en un operativo que se llevó a cabo con discreción.
Entre los extraditados se encuentran figuras clave del narcotráfico, como Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara, y los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, exlíderes del grupo criminal Los Zetas. Además, la lista incluye a miembros de otros cárteles de la droga que han operado en el país durante las últimas décadas.
La entrega de estos capos al gobierno de Donald Trump ha sido interpretada por analistas como parte de una estrategia de presión por parte de Estados Unidos sobre la administración de Claudia Sheinbaum.
De acuerdo con la Información Filtrada, la decisión responde al endurecimiento de la política de seguridad y combate al narcotráfico exigida por Washington, lo que algunos sectores han calificado como un intento de “doblegar” a las autoridades mexicanas ante los intereses del país vecino.
Si bien el gobierno mexicano no ha emitido declaraciones oficiales detalladas sobre la extradición masiva, funcionarios estadounidenses han celebrado la acción como un avance en la lucha contra el tráfico de drogas, sin agradecer claro al gobierno de México.
La medida se da en un contexto de tensas relaciones entre ambas naciones, especialmente en lo que respecta al combate al fentanilo y otros estupefacientes que afectan gravemente a la población estadounidense.
Mientras tanto, la decisión ha generado opiniones divididas dentro de México. Algunos sectores ven en esta entrega una señal de cooperación internacional en materia de seguridad, mientras que otros consideran que México está cediendo a las exigencias de Estados Unidos sin obtener beneficios claros en términos de soberanía y estrategia contra el crimen organizado.
A medida que se desarrollen los procesos judiciales en territorio estadounidense, se espera que surjan más detalles sobre los acuerdos detrás de esta extradición y sus posibles implicaciones para la relación bilateral entre México y Estados Unidos.