Rubén Cortés.
Los mexicanos temen salir a la calle. Según el INEGI, para el 68.9%, el lugar que les resulta más inseguro son los cajeros automáticos en la vía pública. O sea, el gobierno les transfiere dinero en becas, pero van con pavor a sacarlo, porque los asaltan en el acto.
La encuesta nacional del INEGI muestra un país sumido en una crisis de inseguridad que dejó la gestión de López Obrador, y que paga su sucesora: en octubre, noviembre y diciembre, los mexicanos se sintieron más inseguros que nunca.
Un informe demoledor: durante el último trimestre del año pasado, seis de cada 10 mexicanos se sintieron inseguros de vivir en sus ciudades. A quienes peor les va es a las mujeres: siete de cada 10 atestiguaron vivir aterradas.
Y es más inseguro vivir es donde gobierna Morena: Villahermosa, Tabasco (95.3%); Uruapan, Michoacán (92.5%); Fresnillo, Zacatecas (90.9%); Culiacán de Rosales, Sinaloa (90.6%); Tuxtla Gutiérrez (90.6%) y Tapachula, Chiapas (90.1%).
Una herencia de la política pasiva del gobierno pasado contra las bandas criminales: una tasa de 150.6 víctimas de homicidio doloso por cada 100 mil habitantes y 13,596 desapariciones solo en 2024, que fue un 32% más que en 2023.
Los 200 mil asesinatos registrados en el sexenio pasado demostraron que la estrategia de Estado de “Abrazos, no balazos”, impulsada por López Obrador, enraizó la violencia y, en cambio, debilitó la capacidad del Estado para proteger a los mexicanos.
Y, en Sinaloa, el hartazgo ya tocó fondo. Más de dos mil ciudadanos marcharon en Culiacán para protestar por el asesinato de dos niños y su papá, y exigir la renuncia del gobernador Rubén Rocha, quien dice que no va a hacer caso a “quien grita”.
Sin embargo, el caso de Sinaloa es sonado, porque el estado vive una guerra sin cuartel a la luz del día, entre grupos criminales Los Chapitos y La Mayiza, quienes usan armas de alto poder en batallas en barrios residenciales.
En el resto del país la violencia no siempre es así de estruendosa, pero la ciudadanía cree que seguirá durante todo 2025. La encuesta del INEGI registró que 30.9% de los mexicanos consideraron que este año “la situación de la inseguridad seguirá igual de mal”.
El problema es que la inseguridad se ceba en los espacios donde se desarrolla la vida cotidiana de las personas de a pie: para 68.9% lo más inseguro son los cajeros automáticos; para 55%, es viajar en carretera; para 53.6%, ir al banco.
Es en cajeros automáticos y bancos donde más inseguros se sienten los mexicanos: es ahí donde les llegan, a 30 millones, los cheques de los programas sociales del gobierno. Pero los asaltan cuando van por la lana.
Es de locos.
