Raúl Flores Martínez.
La situación en el sector salud de Oaxaca atraviesa por una de sus peores crisis, y el Hospital Civil “Dr. Aurelio Valdivieso” es el epicentro de una problemática que afecta directamente a miles de oaxaqueños.
En días recientes, proveedores de servicios de laboratorio decidieron retirar sus equipos debido a la falta de pago por parte de las autoridades estatales, profundizando el colapso en la atención médica.
El adeudo que el gobierno estatal mantiene con los proveedores de insumos médicos no es nuevo; sin embargo, su persistencia y la falta de soluciones han generado un punto crítico. Los equipos de laboratorio retirados son fundamentales para realizar diagnósticos médicos, y su ausencia deja a cientos de pacientes sin la posibilidad de recibir atención oportuna.
El personal médico del hospital ha denunciado en reiteradas ocasiones las precarias condiciones en las que deben trabajar. A esto se suma la angustia de pacientes y familiares que, ante la falta de servicios, deben buscar alternativas en laboratorios privados, incurriendo en gastos adicionales que muchas veces no pueden costear.
Organizaciones civiles, pacientes y el propio personal médico han exigido respuestas inmediatas por parte de las autoridades. En redes sociales, el hashtag #CrisisSaludOaxaca se ha convertido en una bandera de denuncia ciudadana que visibiliza el impacto de esta problemática.
Por su parte, las autoridades han emitido comunicados en los que aseguran estar trabajando para solucionar los adeudos, pero hasta el momento no se han visto resultados concretos. La falta de transparencia en la gestión de los recursos y la ausencia de un plan claro para enfrentar la crisis han alimentado el descontento social.
La retirada de los equipos de laboratorio no solo afecta a los pacientes actuales, sino que también compromete el futuro de la atención médica en el estado. Enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y cáncer requieren diagnósticos constantes y precisos. Sin los equipos necesarios, los tratamientos pueden retrasarse, agravando el estado de salud de los pacientes.
Además, esta crisis subraya un problema estructural en el sector salud que va más allá del adeudo actual: la falta de planeación, gestión y prioridad en la asignación de recursos.
La situación exige una respuesta inmediata por parte del gobierno estatal. Es imperativo que las autoridades establezcan un plan de pago a los proveedores y garanticen la reinstalación de los equipos retirados. Asimismo, se debe garantizar que estos problemas no vuelvan a repetirse, implementando una política de salud eficiente y transparente.
Mientras tanto, la sociedad civil debe continuar exigiendo rendición de cuentas y soluciones reales. La salud no puede seguir siendo rehén de intereses políticos y financieros; es un derecho fundamental que debe ser garantizado para todos los oaxaqueños.
