Rubén Cortés.
Promesas del gobierno que provocan brincos de alegría: pasar de ser la economía 15 en el mundo, a la 12; ser el principal socio económico de EU; aumentar las reservas internacionales, reducir la pobreza, bajar el desempleo y recaudar más sin aumentar impuestos.
El problema es que el expresidente López Obrador dejó a la presidenta Sheinbaum con 87 por ciento menos del dinero que recibió él en los dos principales fondos de ahorro del país, cuando Enrique Peña le entregó el gobierno.
El 1 de diciembre de 2018, al iniciar la Cuarta Transformación, México tenía en ahorros 495 mil millones de pesos. El 1 de octubre de 2024, al iniciar el Segundo Piso de la Cuarta Transformación, México tenía en ahorros apenas 63.7 mil millones.
Queda claro que la gestión de López Obrador saqueó al país y dejó a la administración de Sheinbaum sin ahorros preventivos, junto con la mayor deuda del siglo, con más de 17 billones de pesos. Peña se la había dejado a López Obrador en 10.55 billones.
Pero López Obrador había dejado ya sin fondos a su propio gobierno, pues en un año arrasó con los 350 mil millones de pesos del Fondo de Estabilización Presupuestal, que el Estado mexicano había ahorrado desde el año 2000.
Después echó mano de los 68 mil 400 millones de pesos que habían en 109 fideicomisos abiertos desde el año 2000, con fondos que generaban los rendimientos de cuentas bancarias abiertas con capital del gobierno y de empresas privadas.
El Fondo de Estabilización Presupuestal fue creado para que el país pudiera enfrentar una contingencia colosal sin precedentes, pues para contingencias esperadas (sismos, huracanes, incendios) estaba cubierto, con el Fondo de Desastres Naturales.
La contingencia colosal sin precedentes llegó en marzo de 2020, con la pandemia del COVID. Sin embargo, para entonces López Obrador ya había gastado el Fondo de Estabilización Presupuestal. ¿Resultado? 297 mil muertes que pudieron evitarse.
La pandemia causó más de 800 mil muertes en exceso, de las cuales 297 mil se debieron a la gestión deficiente de López Obrador durante la crisis sanitaria: no hubo recursos para realizar pruebas ni para comprar equipos de respiración. Un desastre.
López Obrador despilfarró los ahorros de 20 años en cooptar el voto con programas sociales pagados sin estudios socioeconómicos; y obras como el Tren Maya sin turistas, la refinería de Dos Bocas que no refina, o la compra de Mexicana de Aviación sin aviones.
Y entregó vacíos a su sucesora los fondos de Fondo de Estabilización Presupuestal y de Entidades Federativos, que no pueden ahora cumplir su objetivo de enfrentar algún déficit de ingresos por venta de petróleo, y las finanzas de estados y municipios.
Así que el dinero…
Se gastó.