Por. Rubén Cortés
En la aviación comercial estuvieron dos decisiones desastrosas de López Obrador: compró Mexicana en 815 millones y, tras un año, va camino a quebrar; canceló el NAIM en 2018 pero, todavía en 2025, las expropiaciones costarán más de 19 mil millones.
Tampoco es un éxito el AIFA: López Obrador lo construyó al vapor para sustituir al NAIM, pero la presidenta Sheinbaum lo debe subsidiar con 924 millones de pesos. El aeropuerto está desconectado casi por completo de la CDMX.
El balance no puede ser más desolador. López Obrador dejó la infraestructura aérea del país fragmentada, costosa y menos competitiva. El desastre recae sobre los mexicanos de hoy, y de las próximas cinco generaciones.
La caída en picada empezó en el NAIM, que colocaría a México en la escena global, y estaba avanzado en un 30 por ciento, con una inversión de 100 mil millones de pesos, proveniente, en su mayoría, de empresarios mexicanos.
El Financial Times no se contuvo al calificar la cancelación como “la peor estupidez de un presidente en la historia económica”. Las indemnizaciones siguen, pero arrancaron en 13 mil 327 millones, cubiertos por los viajeros, y por quienes pagan impuestos.
Por los viajeros, porque una parte es con Tarifa de Uso de Aeropuerto, que grava con 7.8 por ciento a quienes usan vuelos nacionales e internacionales; y la otra sale del Presupuesto de Egresos, pues en 2025 se destinarán 19 mil millones de pesos a esos pagos.
A la “estupidez” que reseñó el Financial Times, López Obrador resucitó la marca Mexicana de Aviación en 2023, a un costo de 815 millones de pesos, con una narrativa plagada de romanticismo patrio, y dio la operación al Ejército.
Sin embargo, con los militares en la aerolínea, el expresidente solo logró exponer la falta de preparación de las fuerzas armadas para gestionar un negocio tan competitivo y complejo como es la aviación.
Es un fiasco financiero y operativo: esperaba transportar tres millones de pasajeros anuales y en un año alcanzó apenas 382 mil. Su cuota de mercado nacional es inferior al uno por ciento y por cada pasajero que transporta pierde unos cinco mil pesos.
El diario El Universal informó el sábado que Mexicana de Aviación está en el suelo por deudas, demandas y sin usuarios: “No ha pagado 50 por ciento restante por los inmuebles; analistas ven una empresa en quiebra”.
La cancelación de ocho de sus 17 rutas es la evidencia de una empresa al borde del colapso, administrada con una torpeza que parece más inspirada en una novela de ficción política, y no en el análisis responsable de la gestión de un mandatario.
Es un monumento a la improvisación, el populismo y el desprecio por las generaciones futuras.