Por. Ah-Muán Iruegas
La señora presidenta Claudia Sheinbaum, cumplió cien días en el “poder”. Poder relativo, pues su debilidad es patente. Hasta tres cuartas partes de la prensa nacional lo han señalado, en ese periodo.
La prensa occidental la agrede casi cada semana. Las ONGs señalan el primitivismo de su reforma judicial. Las calificadoras la amenazan, el empleo formal se desploma. Su gasolinazo daña a la población y a la economía.
Pero ella insiste en un proyecto autoritario y premoderno, que niega la separación de poderes, se apoya de modo militarista en sus fuerzas armadas y en un séquito de seguidores embobados por las becas que reparte; con un partido, Morena, lleno de gente inferior (pederastas, violadores, juniors…) y de ladrones peores que los del PRI.
A pesar de ello, Claudia y Morena podrían sostenerse seis años más en el poder, a no ser por… Donald Trump.
Trump asumirá el poder el 20 de enero y comenzará un programa de deportaciones masivas, que empeorarán el ya asfixiante mercado laboral informal.
Eso pudiera resquebrajar la economía mexicana, que enfrentará una inminente recesión o desaceleración. Pero eso no es todo.
La economía mexicana se estancará si el tratado comercial con USA y Canadá se cae. No se sabe si eso va a ocurrir, pero el riesgo existe. Y pudiera desbancar a México como potencia exportadora, si su principal cliente, los Estados Unidos, decide “divorciarse” de nuestro país.
Comercio y migración en crisis, debilitarían aun más a la presidenta Sheinbaum. Su apoyo interno pudiera verse mermado por fracasos o deterioro económico.
Se culpa a Morena de ser un narco partido (yo no lo dudo) y a la Sheinbaum de haber lucrado con drogas desde el aeropuerto de la CDMX; cuando fue la mandamás en la Ciudad.
A pesar de su mediocridad (se le cayó el Metro y hay fotos de su exmarido robando dinero), Claudia Sheinbaum llegó a presidenta. Y como es mediocre y débil, puede ser fácil de desbancar.
Trump habla como un nazi de que necesita territorios para su seguridad nacional. Habla de conquistas de Groenlandia y Panamá. Pero en cuanto a México, no necesariamente está muy lejos de dichas afirmaciones.
El equipo de Trump tiene claros apetitos expansonistas. Pero a ello se suma que desde México les llegan drogas como el fentanilo y migrantes por montones.
El obradorismo ha sido pernicioso para los Estados Unidos. En seis años no logró ni siquiera controlar a los delincuentes del narco.
Los estadounidenses pueden fácilmente atacar territorio mexicano, si se deciden. Trump lo puede hacer desde el primer día, si decreta que los “Chapos”, “Mayos”, la gobernadora de Guerrero y el de Sinaloa (ambos del partido obradorista Morena) por ejemplo, son narco terroristas que dañan a la población de su país.
La prensa estadounidense, la Deutsche Welle y otros iconos de la prensa mundial, han denigrado al morenismo hasta más no poder. La presidenta se vio obligada a desmentir al New York Times ya en dos ocasiones. Lo cual no alcanza para contrarrestar la pésima opinión que hay del gobierno mexicano en el mundo.
Si Trump se lo propone, puede derrocar al gobierno mexicano. Puede cerrar su frontera en unas semanas, con barreras fito sanitarias, con pretextos reales o simulados. lo cual desplomaría el peso mexicano.
Pero es la combinación de represalias económicas con incursiones o bombazos de la milicia estadounidense, lo que puede derrocar a Claudia.
De por si, el obradorismo no tiene el control de la tercera parte del país. De modo que Trump pudiera intentar controlar o gobernar ese treinta por ciento del territorio nacional que hoy está en poder del narco y los narco políticos de Morena y sus rémoras.
Existe la posibilidad de que Trump opte por controlar al narco mexicano. Trump puede descubrir que Morena es comparsa del narco y que por tanto es enemigo de los Estados Unidos. Razón más que suficiente para aniquilarlos.
Esto será aplaudido por una parte del electorado estadounidense que no cree en México y mucho menos en sus “morenistas transformadores”.
El apoyo interno de que goza la señora presidente, es algo risible frente a una intervención estadounidense. Hacer mítines, repartir dinero o pintar bardas (la especialidad de Morena) no servirá de nada.
El peligro de agresiones estadounidenses es real, actual e inminente. Lo que no sabemos es cual será el tipo de agresiones que Trump va a escoger. Si decide utilizar todas sus opciones contra el gobierno de México, Claudia Sheinbum no terminará su sexenio.
