Carlos J. Pérez García.
Lo que viene estos meses y años podrá resultar menos negativo si tenemos presentes las raíces más cercanas de los problemas, para exigir que se enmienden las equivocaciones y ocurrencias que los provocaron y sostienen. Voy por partes.
No olvidemos que nuestras principales broncas vienen básicamente de reiteradas confusiones y mentiras a lo largo del sexenio anterior. Tales son los casos de la cancelación del NAIM; el tren Maya; las universidades del bienestar; la vacuna Patria; los ventiladores de Conacyt; la extinción del Seguro Popular; el Insabi y el fallido sistema de salud; el desabasto de medicamentos y la megafarmacia; la inviable Mexicana de Aviación; el Gas Bienestar; la refinería de Tabasco; el aeropuerto AIFA… Bueno, ¿hay aquí un proyecto que no ha fracasado?
Resaltan también la desaparición de relevantes órganos autónomos y la continuación de la reforma judicial, que buscan apuntalar los intereses del grupo en el poder. En fin, habrá que tomar en cuenta todos esos despropósitos para presionar que se corrijan hasta donde sea posible y evitar previsibles fiascos como los carritos Olinia, el satélite Altagracia y los cambios al Infonavit.
Me queda claro que tampoco debemos olvidar aquello de la supuesta erradicación de la corrupción o la eliminación del huachicol que ahora está más descontrolado que nunca… al grado de que ya ocultan esa información, otro ejemplo de impunidad y pérdida de transparencia.
Igual que con la libertad democrática y el estado de derecho, la economía es y será crucial para los mexicanos los próximos años. Resulta insostenible aquel invento que llamaban “economía moral” y hoy sería “humanismo mexicano”, un falso modelo económico con repartos masivos de dinero, gasto desbordado en obras injustificadas e irresponsables endeudamientos y desviaciones de recursos para financiarlos.
Tenemos el peor crecimiento económico y la mayor desaparición de empleos en las últimas décadas, el naufragio del PIB per cápita, un endeudamiento desestabilizador, calificadoras que castigan la deuda, el valor del peso en caída libre, la Bolsa 15% abajo, Pemex peor que nunca y muchos proyectos tan caros como inútiles, para los que no alcanza el presupuesto. No todo se podrá sostener.
Y resulta que la peor política exterior ha sido la política interior. Trump es un extremista demencial que aprovecha cualquier oportunidad que le dan las tiranías corruptas e irresponsables, como la que se ha venido estableciendo en nuestro país. El comercio, la migración, la soberanía y la seguridad nacional se ven amenazados como nunca en más de cien años, mientras el gobierno avala la dictadura fascistoide y antidemocrática de Maduro en Venezuela.
Todos, ojo, son grandes desafíos para México. Debemos exigirle a la presidenta que les haga frente y apoyarla en ello, pues tarde o temprano tendrá que tomar el mando del país. Tras décadas bastante imperfectas, aunque menos malas que esta última, tantas decisiones aberrantes han implicado desvíos y despilfarros masivos a costa de la salud y la seguridad de los mexicanos. Así, el futuro está en riesgo si no se corrigen.
Con todo, los propagandistas del régimen insisten en que la zaherida presidenta tiene una gran aceptación y popularidad al cumplir 100 días su gobierno malhadado. Esto no puede significar que “todo va muy bien”, ni que se desvanezcan los viejos y nuevos errores en una gestión sexenal que es continuación de la previa tan deficiente.
Como parte de su propaganda, el gobierno presenta una encuesta con reconocibles facetas de manipulación y el encabezado “78% del pueblo respalda a la Presidenta Claudia Sheinbaum”, sin precisar cuál es “el pueblo” (¿a quiénes incluye, a quiénes no?) ni qué se entiende por respaldar (¿reconocer; entender y apoyar; aceptar o asumir?). Eso sí, señalan que el 89% aprueba los programas de bienestar, pero sólo el 42 (menos de la mitad) la estrategia de seguridad. También dicen que el 67% reconoce su “capacidad” de dar resultados (acaso como posibilidad).
Algunos pensamos que, en todo caso, sus niveles de aprobación no hablan bien de ella, sino mal de quienes contestan el sondeo y se los otorgan, al igual que de aquéllos que los desinforman. Incluso celebran mañana un Informe triunfal con grandes acarreos, al estilo del sexenio anterior.
Para combatir el naufragio, oigan, nunca olvidemos las trampas o enormes piedras con las que se ha tropezado México a partir del destructivo sexenio 2018-2024.
@cpgarcieral