Por. Ah-Muán Iruegas
Con el episodio de “cocina de fentanilo” que videograbó The New York Times, la señora presidenta se está metiendo en un lío del cual, tal vez, no logre salir nunca. Ya dos veces la presidenta salió a desmentir al diario y el diario le respondió.
Quizá sea la preparación de “fentanilo diluido” o combinado, lo que presentó el prestigioso diario neoyorquino. Pues como dijo la presidenta Sheinbaum, el proceso de producción de fentanilo puro es al parecer muy tóxico y requiere trajes especiales que no usaron los “cocineros” del video del Times.
Pero eso ya es casi una anécdota. Lo mismo da si el fentanilo era puro o diluido. O también si estaba mezclado con otras drogas.
El punto principal aquí es que, a menos de 20 días de que tome posesión Donald Trump, el principal diario liberal estadounidense y uno de los principales del mundo, está presentando al público estadounidense un “show noticioso” con cocineros mexicanos de fentanilo en escena.
El público estadounidense, incluso el segmento liberal que atiende el New York Times, está en contra de México o del gobierno mexicano, al cual se le tilda de corrupto hasta la médula, cualquiera que sea él/la que ocupe la silla presidencial.
Si el New York Times dice todo esto, es probable que el resto de los medios a la derecha del Times se pongan también contra México, o al menos contra el desorden innegable que hay en nuestro país.
Claudia Sheinbaum se equivoca totalmente al confrontar al Times. Ella necesita a la prensa, pero no parece entenderlo. Ella necesita ardientemente que la prensa internacional crea en su gobierno para que al menos una parte del público estadounidense no empuje a Trump a actuar contra nuestro país.
Trump de todas formas es casi seguro que procederá contra México, al menos en materia migratoria, comercial y de seguridad. Pero aunque no necesariamente va a invadir México al “estilo de 1847”, creo que sí va a meter agentes a México para secuestrar o asesinar narcos o narcopolíticos mexicanos (muchos son miembros u ordeñadores de Morena).
Y una parte de la población, la que sufre las balaceras, incluso le puede agradecer inicialmente a Míster Trump su lucha contra el narco mexicano.
El problema es que es casi seguro que habrá bajas colaterales, bombazos o al menos disparos contra los “vecinos de los narcos”, es decir, ciudadanos mexicanos inocentes, por parte de los “invasores yanquis”.
La cereza del pastel de torpezas del gobierno mexicano que pueden provocar una “invasión suave de USA contra México”, lo cometió otro de los “niños prodigio de Morena”. Un subsecretario de Salud dijo sobre el fentanilo que ha habido una “fetichización de la mercancía”.
Eso de “fetichización de la mercancía” es un concepto de Carlos Marx que puede o no tener razón en su contexo (el siglo XIX). Pero si lo utiliza un funcionario de Claudia Sheinbaum, además de que no aporta gran cosa al análisis, se está poniendo a tiro del gobierno de Trump, por hablar con conceptos comunistas.
La Embajada de los Estados Unidos debe haber ya reportado al Departamento de Estado de USA que este “nuevo tarugo del obradorismo” está utilizando lenguaje marxista o comunista. No se hagan los sorprendidos en Morena, cuando vengan los yanquis a acabar con su proyecto “transformador”.
No hay ninguna campaña orquestada contra el gobierno mexicano por parte de la prensa mundial. Simplemente, no les compran su credo pseudoizquierdista; no les creen sus explicaciones ni sus pretextos sobre por qué nunca logra el gobierno mexicano controlar al narcotráfico.