Ignacio Ovalle, el impune del desfalco en Segalmex

Rubén Cortés.

El robo al Estado más grande de la historia en México tuvo el castigo más benévolo de la historia: la pena para Ignacio Ovalle, director de Segalmex durante el desfalco de 20 mil millones, fue que, a sus 80 años, no vuelva ser funcionario.

Ovalle goza la suerte de haber sido jefe de López Obrador cuando éste era muy joven. Tanta suerte tiene, que antes de dejar la presidencia, López Obrador ordenó reservar hasta 2030 la información sobre el desfalco de Ovalle.

Pero la presidenta Sheinbaum halló cómo sancionar a Ovalle: no darle cargos en su administración. Es decir que, en el caso del Robo del Siglo al erario en México, sólo pagarán su culpa algunos funcionarios de segundo nivel.

Con Ovalle, además de esfumarse 20 mil millones, Segalmex agarró el dinero de la leche de los niños pobres para jugarlo en la bolsa, a través de certificados de títulos bursátiles por valor total de 950 millones de pesos en CI Banco y Banorte.

¿Primero los Pobres? En la dirección de Ovalle, Segalmex montó una ingeniería financiera para compras simuladas de ocho mil 700 toneladas de azúcar, que fueron al bolsillo de alguien, y no a la mesa de los menos favorecidos.

Además, Segalmex metió en una financiera privada 12 mil 806 millones de pesos destinados a comprar leche, frijol, arroz, maíz y trigo, según la ASF. Por todo eso, la Fiscalía General de la República abrió 22 carpetas de investigación.

Y eso que López Obrador creó Segalmex para abastecer de alimentos básicos a los mexicanos más pobres (frijol, maíz, leche) y acabar con la corrupción. Pero lo que hizo fue levantar el símbolo a la corrupción durante su presidencia.

Ovalle nunca fijó mecanismos anticorrupción y Segalmex creó un esquema de empresas fachada para procesar leche, con adjudicación directa de contratos por 67 millones de pesos a Grupo Marhel, filial de una empresa fantasma.

No comprobó cinco mil 640 millones de pesos en inventarios, ingresos, pagos por bienes y servicios. Y dio contratos de leche para los pobres, por 811 millones de pesos en adjudicaciones directas a 13 empresas fantasma.

“Ovalle es un hombre bueno, engañado por quienes puso a trabajar con él, puro priista”, dijo López Obrador. De los pocos presos por el caso Segalmex es René Gaviria, exsecretario particular del expriista Adrián Ruvalcaba.

Ruvalcaba, exalcalde de Cuajimalpa, hoy está ligado Morena y es suplente del senador Manuel Velazco. Fue recibido en Palacio Nacional por Sheinbaum, y es mencionado como posible director del Metro de la CDMX.

El de Ruvalcava, es el primer nombre en la baraja de la jefa de Gobierno Clara Brugada para ocupar ese puesto.

Pues sí. “Puro priista”, como dijo López Obrador.

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