Rubén Cortés.
Hijo de una familia pobre de solemnidad en el centro de Cuba, Marco Rubio representa hoy el mayor éxito político de la migración latina: será el primer latino al frente de la diplomacia estadounidense. Y se coloca en la rampa para ser candidato presidencial en 2028.
El ascenso de Marco Rubio como la versión del sueño americano en la política estadounidense, lo es también el de la comunidad cubana, que forma sólo el 0.67% de la población estadounidense, pero tiene dos senadores de 100; y seis congresistas, de 435.
Otro cubano, Albio Sires, del Partido Demócrata, es el alcalde de West New York: era congresista y dejó el cargo para convertirse en alcalde. Además, Bob Menéndez, también demócrata, renunció este año a la senaduría por New Jersey, tras 16 años en el cargo.
Se tiende a ubicar como republicanos a los cubanos, básicamente de Miami: es un error. Hasta la reciente elección de Trump, la última vez que los republicanos ganaron en Miami fue hace 32 años con Bush, que acabó perdiendo contra Clinton.
De hecho, en las elecciones de 2020, Joe Biden ganó el condado de Miami-Dade por más de siete puntos, con el 53,4% de los votos frente al 46,1% de Trump. Los cubanos son de los latinos que más activamente participan en la democracia americana.
Veamos la fuerza del sufragio cubano en Estados Unidos, con apenas un millón y medio de votantes. Pero, aun así, son la minoría que más vota en el estado de Florida:
–Tienen dos senadores por el Partido Republicano: Ted Cruz (Texas) y Marco Rubio (Florida). El demócrata Roberto Menéndez (Nueva Jersey) renunció al escaño hace dos meses.
–Tienen cinco congresistas por el Partido Republicano: Mario Díaz-Balart, Carlos Giménez, María Elvira Salazar y Alejandro Frost (Florida) y Nicole Malliotakis (New York); uno por el Partido Demócrata: Alejandro Frost (Florida).
Tom Wolfe, lo explica de manera meridiana en su célebre artículo “Enrollados”:
Estados Unidos representa la realidad del sueño de los socialistas utópicos del siglo XIX: que cualquier grupo étnico o racial (cualquiera, incluso los refugiados más recientes de un país latinoamericano como Cuba) podía asumir el gobierno de un condado estadounidense, siempre que contara con los votos necesarios y un mínimo de organización. Una libertad y un poder sin parangón en el mundo.
Son los mismos cubanos, en cambio, que en su país de nacimiento van presos por gritar “Patria y Vida”. Cuba es el segundo país del mundo en número de presos políticos, apenas superado por China. Sólo que Cuba tiene 11 millones de habitantes, y China mil millones.
Pero, como emigrados, ejercen su libertad con tal ímpetu, que de ellos ha surgido el primer latino al frente de la diplomacia estadounidense.
Notable.