Por. Raúl Flores Martínez
Vaya sorpresa, mejor dicho, no debe de haber sorpresa de que los gobiernos santos de Morena sean tan corruptos como sus antecesores. Hace unos días dimos a conocer en este espacio, las 227 empresas fantasma que utiliza Cuitláhuac García Jiménez para desviar más de cinco mil millones de pesos.
Ahora resulta que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reveló presuntas irregularidades en el manejo de recursos públicos en el gobierno de Rutilio Escandón Cadenas, gobernador de Chiapas, con un “probable daño o perjuicio” al erario estimado en 58 millones 440 mil 909 pesos.
El monto más significativo, corresponde a 39.6 millones de pesos asignados a 48 camionetas Toyota Hilux SR, modelo 2023 de acuerdo con la Cuenta Pública 2023.
En la Auditoría 594 también se detectaron irregularidades en la compra de seis camionetas tipo pick up doble cabina, de la marca Nissan, modelo Frontier SE 2023, por 4 millones de pesos.
“…se constató que al proveedor adjudicado no declaró deducciones de nómina, ni trabajadores en su declaración anual del ejercicio 2022, tampoco contó con la opinión de cumplimiento de obligaciones fiscales en materia de seguridad social; asimismo, al consultar el domicilio referido por el proveedor en el contrato, así como en su constancia de situación fiscal, se observó que el lugar corresponde a un lote baldío”, se puede leer en el informe.
Algo similar ocurrió con la adquisición de dos automóviles Nissan Sentra Senten/M, modelo 2023, equipados como patrullas, por las que se pagaron 997 mil 800 pesos.
Algo que debe de resaltarse, es que, en la revisión a las cuentas, del Fondo de Aportaciones a la Seguridad Pública de los Estados y de Distrito Federal, entregadas a la administración del morenista Escandón Cadenas, se detectaron otras irregularidades en la compra de vehículos, como la entrega de documentos irregulares o empresas fantasma, que al verificar su domicilio fiscal se encontraron lotes baldíos.
Misma estrategia que utilizan en el gobierno de Veracruz al utilizar a algunos jóvenes beneficiarios de los programas sociales para crear empresas fantasma que son dadas de alta con direcciones de casas particulares, edificios de departamentos, tiendas de abarrotes o lotes baldíos, ubicados en colonias populares.
Esta intrincada red de “factureras” tienen un solo fin, evitar que las autoridades se den cuenta y sobre todo rastreen los miles de millones o millones que son desviados del erario de los gobiernos para sus bolsillos.
Así dos gobiernos morenistas que se la daban de santos e incorruptibles y resulta que son peores que sus antecesores, son tan ladrones como aquellos que le roban el mandado a las amas de casa en los mercados, son tan miserables que se creen santos.