Francisco Garfias.
La inclusión de Arturo Zaldívar en el comité de evaluación que definirá –a nombre del poder ejecutivo– la idoneidad de los candidatos a jueces, magistrados y ministros, es reflejo de las intenciones de Morena de controlar el poder judicial.
Por paradójico que parezca, el ministro en retiro es uno de los adversarios que más ha despotricado en contra de los integrantes de la Suprema Corte de Justicia, a la que perteneció.
En un lenguaje que no corresponde al nivel que alcanzó, llegó a decir que los ministros que actúan con autonomía están al servicio de la derecha y del PRIAN.
No hay que olvidar que este hombre se quiso reelegir como presidente del máximo tribunal con el apoyo de López Obrador. Fue el Alito de la Corte, pero sin lograr su propósito.
El mismísimo Peje admitió que Zaldívar, en sus tiempos de presidente de la SCJN, intervenía en decisiones judiciales que eran del interés del gobierno.
Su criterio sobre la elección de jueces, magistrados y ministros ha evolucionado a conveniencia. Hace seis años decía:
“Me parece que el más popular, el más simpático, o el que logra generar más empatía no necesariamente es el mejor ministro o juez. Recuerden que en muchas ocasiones los jueces tenemos que ser impopulares”.
Hoy, como coordinador de política de gobierno en el gabinete de Sheinbaum, sostiene que el voto en urna por candidatos previamente postulados por los tres poderes, puede ser “una apuesta a la sabiduría del pueblo mexicano” (Animal Político, 06/07/24.)
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Zaldívar no es el único caso que ilustra la ausencia de la imparcialidad en un comité que va a definir los candidatos a futuros juzgadores.
Javier Quijano Baz, abogado de AMLO en la época del desafuero, es otro integrante del citado Comité. La diferencia con Zaldívar es la congruencia y la generosidad que caracterizan a este experimentado abogado.
Mari Cruz Cortés Ornelas, Vanessa Romeo Rocha e Isabel Inés Romero Cruz también fueron propuestas por la presidenta de México.
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Ayer se Instaló en la Cámara Alta el Comité de Evaluación del Poder Legislativo. Senadores del PAN convocaron a la prensa para evidenciar sus lazos con machuchones de Morena.
Llevaron fotografías de los cinco. Maribel Concepción Méndez de Lara aparecía con su padrino” Ricardo Monreal.
Ana Patricia Briseño Torres con Sergio Gutiérrez Luna. Maday Merino Damián con Adán Augusto López Hernández y María Gabriela Sánchez García con Rubén Rocha.
La imagen de Norberto García Repper aparecía sola. Sus vínculos con Morena son públicos. Representó al guinda ante el Instituto Electoral de Tamaulipas.
“Este es el Cártel Judicial y sus padrinos”, nos dijo Guadalupe Murguía, coordinadora de la bancada del PAN en la Cámara de Senadores.
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La Suprema Corte de Justicia de la Nación batalló para elegir a sus cinco representantes del Poder Judicial que irán al Comité de Evaluación.
Fueron necesarias de siete rondas para elegir a lo cinco que irán al citado comité. Yasmín Esquivel, Loretta Ortiz y Lenia Batres presentaron a sus tres candidatas. Ninguna logró la mayoria calificada requerida.
Al final quedaron Wilfrido Castañón León, Mónica González Contró, Luis Enrique Peredo Trejo, Emma Meza Fonseca y María Emilia Molina de la Puente.
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La parcialidad y torpeza de Gerardo Fernández Noroña en el manejo de la mesa directiva de la Cámara alta provocó ayer una pelea verbal con el Senador del PRI, Alito Moreno, quien se subió a la tribuna a reclamar que no le daba la palabra.
–¡Vaya a su curul y dígamelo desde allá!—ordenó Noroña.
Alito no le hizo caso. Gesticulaba mientras le hablaba. Acercó su dedo índice a la cara de morenista, sin tocarlo. El presidente de la mesa subió el tono. “¡No me ponga el dedo encima! ¡No me ponga el dedo encima!”, repitió.
–¡A mí no me gritas!—reviró varias veces el priista.
–¡Respeto a la presidenciaaaa! – pidió Noroña.
–¡Date a respetar! Le dijo el priista.
Ya no respondió el morenista. “Continúe la secretaria con los asuntos en cartera”, dijo.
En esas estaban cuando la morenista Lucía Trasviña, con las ínfulas de boxeadora, se abrió paso a codazos. Iba a defender a Noroña. Uno de esos codazos le tocó a la priista Carla Toledo, vicepresidenta de la Mesa y comenzaron los jaloneos. Noroña tuvo que calmar a Trasviña.
La bancada guinda en el Senado sacó un comunicado en el que manifestó su respaldo a Noroña ante las “provocaciones” de Alito.
“Están desesperados porque tenemos el respaldo del pueblo y a la reforma judicial ya nada la detiene” puntualiza el comunicado.
FIN.