“Ay José, cómo me acuerdo de ti en estas revueltas”

Boris Berenzon Gorn

Boris Berenzon Gorn.

Este año se conmemoran 110 años del nacimiento de José Revueltas, una figura central en la literatura y el pensamiento político mexicano. Nacido en Santiago Papasquiaro, Durango, el 20 de noviembre de 1914, y fallecido en Ciudad de México el 14 de abril de 1976, su vida estuvo marcada por la lucha por la justicia social y la crítica a un sistema opresor. Revueltas no solo dejó una profunda huella en la literatura mexicana, sino que también se convirtió en un símbolo de resistencia y reflexión crítica en un país que ha enfrentado múltiples desafíos sociales y políticos.

Íbamos hacia el mercado sobre ruedas cuando Ignacio Osorio me comentó que esa tarde iría a ver a un amigo en terapia intensiva. En ese momento, no sabía que esa visita marcaría el final de la vida de José Revueltas. Ignacio, con su pasión característica, me habló de Revueltas como un símbolo revolucionario, un intelectual fundamental del movimiento del 68 y un verdadero productor de conciencia a través de su vasta obra literaria. Supe de él por Luis González de Alba, quien, en una cena, narró con su estilo crítico y desgarrado la experiencia del autor en Lecumberri. Además, el escritor Sergio Fernández, en varias ocasiones, subrayó la importancia de su legado.

A medida que leía a Revueltas, me impactaba su realismo, su agudeza ante el dolor humano y su mística, que proponía una transformación desde la política. Era un ideólogo de fondo, cuyas palabras resonaban en los rincones más oscuros de la sociedad. Recuerdo, en 1986, durante el movimiento estudiantil del CEU, ver en el estacionamiento de la Facultad de Filosofía y Letras un graffiti que decía: “Ay José, cómo me acuerdo de ti en estas revueltas”. Esa frase evocaba un profundo respeto y una conexión con su lucha. Revueltas optó por el caos como la realidad que vivía, un caos consecuente y vital, lejos de los cánones establecidos.

El traslado de su féretro de un lado a otro, para evitar que el presidente de turno fingiera rendirle homenaje pues revelaba la hipocresía y la burla de quienes lo habían herido a él y a sus cómplices de vida e ideas. Para muchos, como Roberto Escudero, líder del 68, Revueltas fue un guía fundamental. Le tocó estar del lado correcto de la historia, distanciado del glamour literario que rodea a tantos intelectuales, aquellos que incomodan con sus críticas y habitan en la periferia. Revueltas, admirado a la distancia, desafiaba las normas de una cultura que, a menudo, se preocupa más por la prestancia que por la existencia de la obra misma.

Quien desee conocer a Revueltas de verdad debe acudir a la profunda obra de Evodio Escalante, quien, me atrevo a decir, es quien más lo ha estudiado con seriedad académica y humana. La biografía de José Revueltas está intrínsecamente ligada a las luchas políticas de su tiempo. Desde una edad temprana, mostró un fuerte compromiso con la justicia social, que lo llevó a participar en diversas causas. Su experiencia en las prisiones del país tuvo un impacto decisivo en su pensamiento y su obra. Revueltas fue encarcelado en varias ocasiones, lo que no solo influyó en su vida personal, sino que también proporcionó un marco para su crítica literaria y social.

Las prisiones, en lugar de ser un obstáculo, se convirtieron en espacios de reflexión profunda. Allí, Revueltas exploró la naturaleza de la opresión y la resistencia, temas que se reflejan en su literatura. Sus obras, como El luto humano (1943), ofrecen un análisis penetrante de la identidad mexicana, marcada por el sufrimiento y la injusticia. Esta novela no solo ganó el Premio Nacional de Literatura, sino que también estableció a Revueltas como una voz fundamental en la narrativa política de México.

Revueltas siempre estuvo en la periferia del pensamiento intelectual de su tiempo. A diferencia de otros autores que buscaban reconocimiento y estatus, él se mantuvo fiel a sus principios, confrontando frecuentemente el glamour literario y el statu quo. Esta posición lo convirtió en una voz crítica que incomodaba a los poderosos y cuestionaba las convenciones culturales de su época. La crítica de Revueltas al sistema político lo situó como un revolucionario efectivo, un pensador que no temía expresar sus opiniones, incluso si esto significaba quedar marginado. Eugenia Revueltas, hija del gran compositor Silvestre y sobrina de José, menciona que los Revueltas no “fueron artistas solemnes; pertenecían a un clan donde el humor y el amor se conjugaban en la búsqueda y en la disciplina”.

José Revueltas, voz fundamental de la literatura mexicana del siglo XX, cifraba la literatura en México y en nuestra lengua, reconociendo el puente inconcluso entre el pensamiento liberal mexicano y la noble tradición social del marxismo. José Revueltas se suma a intelectuales como Ponciano Arriaga, Francisco Zarco, Ignacio Ramírez y Melchor Ocampo, quienes representaban un pensamiento de libertad y democracia en nuestro país; son algunos de los grandes sembradores de la izquierda mexicana que hoy pueden reencontrarse. Esta tradición liberal busca la síntesis constructiva y constituyente de una sociedad solidaria, educada y digna, respetuosa de las diferencias, pero atenta a controlar y protegerse de los individuos ávidos de abusos de poder.

Aquellos que se atrevían a desafiar las normas establecidas encontraban en Revueltas un apoyo ideológico y ético. Su voz resonaba no solo entre sus contemporáneos, sino que ha dejado un legado que continúa inspirando a nuevas generaciones.

En un mundo donde el colonialismo y el eurocentrismo continúan moldeando nuestras identidades, el pensamiento de José Revueltas se vuelve cada vez más relevante. Su obra nos invita a criticar las narrativas hegemónicas que han dominado el discurso cultural y político. La búsqueda de una identidad que no dependa de visiones impuestas desde el exterior es fundamental para construir un futuro más equitativo y justo.

El desafío de romper con la inercia colonial implica reconocer y valorar las producciones culturales propias. La crítica de Revueltas al poder y su llamado a la conciencia social resuenan en la actualidad, donde seguimos enfrentando múltiples formas de opresión y desigualdad. La dialéctica del amo y el esclavo, como plantea Alexandre Kojève, se manifiesta en las luchas contemporáneas por la libertad y la justicia. En este sentido, la obra de Revueltas es un faro que guía a quienes buscan una transformación social genuina.

Uno de los aspectos más significativos de la obra de Revueltas es su capacidad para abordar la complejidad de la identidad mexicana. Su exploración del dolor humano y la injusticia no se limita a una crítica del sistema, sino que también invita a una reflexión profunda sobre el ser humano y su capacidad de resistencia. A través de su literatura, Revueltas nos muestra que la lucha por la dignidad es una parte intrínseca de la condición humana.

En tiempos de polarización y conflicto en el mundo, la búsqueda de una sociedad más solidaria y educada se convierte en un imperativo. Revueltas nos enseña que la transformación social es posible a través del diálogo y la empatía. Su visión de una sociedad que respete las diferencias y controle los abusos del poder es un ideal que sigue vigente en nuestras luchas actuales.

La muerte de Revueltas, en un contexto en el que el gobierno mexicano aún no había enfrentado sus crímenes contra la población, plantea preguntas decisivas sobre la memoria y la responsabilidad histórica. El intento de su familia de que el Estado reconozca públicamente las violaciones a los derechos humanos que sufrió es un paso hacia la justicia, no solo para él, sino también para todos los que lucharon en esa época.

José Revueltas es más que un autor; es un símbolo de resistencia, un pensador que encarna la lucha por la justicia social y la dignidad humana. Su legado perdura no solo a través de sus textos, sino también en la memoria colectiva de quienes continúan luchando por un mundo más justo. Reconocer la importancia de Revueltas y reflexionar sobre su legado es fundamental para construir un futuro en el que la dignidad humana y la justicia social sean realidades palpables.

En un momento histórico en el que las luchas por la libertad y los derechos humanos son más pertinentes que nunca, el pensamiento de Revueltas se erige como un fanal de esperanza. Su obra nos recuerda que la lucha por la justicia es una tarea constante, que requiere compromiso, valentía y una profunda conexión con nuestra propia humanidad. Al honrar su memoria, no solo recordamos a un gran literato, sino que reafirmamos nuestro compromiso con un futuro donde todos puedan vivir con dignidad y respeto.

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