Raúl Flores Martínez.
En el estado de Sinaloa, el último mes ha sido marcado por una preocupante ola de violencia que ha generado alarma entre la población y las autoridades, los enfrentamientos armados, los homicidios y los actos delictivos relacionados con el crimen organizado han dejado una estela de inseguridad que afecta tanto a zonas urbanas como rurales.
Desde principios del mes, varios municipios, incluyendo Culiacán, Mazatlán y Guasave, han sido escenario de tiroteos, bloqueos de carreteras y ataques a las fuerzas de seguridad. Este panorama de violencia no solo ha cobrado vidas humanas, sino que también ha impactado negativamente la actividad económica, el turismo y la calidad de vida de los sinaloenses.
El incremento de la violencia parece estar vinculado a disputas entre grupos del narcotráfico que buscan controlar territorios estratégicos para sus operaciones, mientras las autoridades han respondido intensificando operativos de seguridad y desplegando elementos de la Guardia Nacional, pero los resultados han sido limitados en términos de disminuir la inseguridad.
En medio de este escenario, la población sigue con miedo e incertidumbre, preocupada por la falta de garantías de seguridad, la violencia no solo afecta a los involucrados directamente en los enfrentamientos, sino que también genera una atmósfera de temor generalizado que repercute en la vida cotidiana de todos los habitantes.
A lo largo de las últimas semanas, varios municipios clave del estado han sido escenario de hechos violentos en Culiacán, Mazatlán y Guasave, los habitantes han sido testigos de bloqueos, enfrentamientos y operativos que, aunque buscan restablecer el orden, generan una sensación de constante riesgo.
Ayer se cumplió un mes de los actos violentos que han dejado en la zozobra a los habitantes de diversos municipios de Sinaloa, donde acudieron el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, General Ricardo Trevilla Trejo y el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, para asistir a una mesa de trabajo con el gobernador de la entidad, Rubén Rocha Moya, esto con el fin de supervisar las acciones coordinadas en materia de seguridad.
Mesas de trabajo que hasta el momento no han servido, no se ve para cuándo las células de la “chapiza” y los “Mayos” dejen de pelear por una traición que como dicen los conocedores, solo se puede pagar con sangre.