¿El beneficio de la duda?       

Alejandro Rodríguez Cortés

 Alejandro Rodríguez Cortés*.

Proliferan las voces que reclaman el beneficio de la duda para Claudia Sheinbaum. Que porque es mujer, o científica, o simplemente porque apenas lleva unos días en el poder y hay que esperar a que se muestre.

Discrepo. Creo que la duda está ya resuelta: la presidenta de la República continuará con un ominoso proceso que ha minado y seguirá minando a la democracia e institucionalidad mexicanas.

Los ingenuos optimistas esperaban signos de moderación que no llegaron, ni creo que llegarán. Desde las primeras horas de su mandato, Sheinbaum ratificó y amplió la vigencia de la voluntad oficialista por destruir al Poder Judicial. Hizo suyo el despropósito de seguir dilapidando el presupuesto público en dádivas, trenes, farmacias, una línea aérea inviable y proyectos de relumbrón. Se apropió del absurdo de exigir disculpas por supuestos agravios a una nación que no existía hace 500 años y que hoy mira más al pasado que al futuro.

La primera mujer en llegar a la presidencia mexicana se encargó ya de desmentir a quienes aseguraron que su propio género la haría diferente a quien la entronizó y le impuso línea, rumbo y colaboradores a su gobierno. Dijo que llegaron todas, incluídas quienes fueron ignoradas y despreciadas por el macho predecesor, algo insostenible.

No se puede dar el beneficio de la duda a quien es cómplice de una transformación que implica retroceso. Por qué creer que será diferentes los resultados con estrategias idénticas en materia de desarrollo económico, seguridad y educación públicas.

Qué cuentas puede entregar la encargada de política interior cuando fue reprobada en su anterior cruzada contra la violencia, hoy aún más exacerbada. Cómo pedirle al mundo creerle a un gobierno que enviará de representante multilateral en materia de salud al responsable de más de medio millón de muertes por la pandemia.

¿En serio cambiará algo cuando uno de los hijos del todopoderoso es ya mandamás en el partido oficial guinda y su supuesta jefa determinó la composición legislativa desde la jefatura de gabinete? ¿En serio creen que cambiará algo cuando los principales propagandistas del desastre permanecen en Palacio Nacional?

¿Hay que darle más tiempo a los mismos que no cumplieron casi nada de lo prometido? Si son quienes siguen insistiendo que no son iguales pero son peores.

Claudia Sheinbaum representa más de lo mismo y no lo oculta en absoluto. Dice Lorenzo Córdova que hay que creerle porque dice la verdad.

Sí, la lamentable verdad del partido único, de los saltimbanquis de siempre, de la aplanadora legislativa, de la prensa permisiva, complaciente y hasta aplaudidora, del rancio estatismo o la deficitaria soberanía nacional. De la espada de Damocles del Estado mexicano, representada por exdisidentes, sobre la disidencia.

Una mujer encabeza hoy ese retroceso y no queda -cito nuevamente a Córdova- más que una irracional esperanza de que la pesadilla termine.

 

*Periodista, comunicador y publirrelacionista

@AlexRdgz

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