Por. Raúl Flores Martínez
La reciente declaración de la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres en 17 municipios de Guanajuato por parte de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, podría parecer, en apariencia, un paso en la dirección correcta para combatir la creciente ola de feminicidios y desapariciones.
Sin embargo, esta medida llega en medio de una grave crisis de violencia y deja muchas interrogantes sobre la eficacia y el compromiso real de las autoridades, no es un secreto que los municipios incluidos en la alerta —León, Celaya, Salamanca, Irapuato, entre otros— son epicentros de una violencia sistemática que afecta principalmente a mujeres, adolescentes y niñas.
No obstante, la gravedad de la situación no es una novedad: organizaciones civiles y defensoras de derechos humanos han señalado desde hace años la urgente necesidad de intervención. Entonces, ¿por qué se ha tardado tanto en tomar medidas?
En Guanajuato, los feminicidios y desapariciones se han disparado, al mismo tiempo que la respuesta de las autoridades ha sido notablemente insuficientes. Los colectivos feministas, que llevan años denunciando esta situación, han visto con frustración cómo el gobierno estatal y municipal minimiza el problema, postergando la implementación de políticas efectivas y limitándose a discursos vacíos.
La Alerta de Violencia de Género impone la obligación de actuar a las autoridades locales, pero el historial de la AVGM en otros estados deja mucho que desear. En muchas regiones de México donde ha sido implementada, la alerta no ha logrado reducir significativamente los índices de violencia feminicida, lo que plantea dudas legítimas sobre su eficacia.
El problema no radica en la Alerta de Género como mecanismo, sino en la falta de voluntad política y recursos adecuados para garantizar su éxito. Emitir una alerta sin un compromiso para transformar la realidad en el terreno es, en el mejor de los casos, un acto simbólico que no va más allá de las conferencias de prensa y los titulares.
En estados como el Estado de México y Veracruz, donde las Alertas de Género llevan años activas, los feminicidios no han disminuido. ¿Qué garantiza que en Guanajuato será diferente? La historia reciente muestra que las autoridades suelen dejar pasar la oportunidad de convertir estas declaratorias en acciones contundentes, y Guanajuato no parece estar fuera de esa tendencia.