Raúl Flores Martínez.
El reciente memorando desclasificado del FBI ha reavivado las controversias en torno al asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985, apuntando hacia el actual director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, quien en ese entonces fungía como secretario de Gobernación.
Debemos recordar que el agente Enrique Camarena fue secuestrado, torturado y asesinado en Guadalajara en 1985 mientras investigaba los vínculos entre el cártel de Guadalajara y altos funcionarios mexicanos. Su muerte desató una de las operaciones más intensas por parte de las autoridades estadounidenses para desmantelar redes de narcotráfico en México, y marcó una quietud en la relación bilateral con Estados Unidos.
El documento, enviado desde la Embajada estadounidense en Ciudad de México al director del FBI en marzo de 1986, describe “fuertes sospechas” de la agencia sobre la presunta implicación de Bartlett con narcotraficantes que secuestraron y asesinaron al agente.
A través de este informe, los agentes estadounidenses señalaron que las actividades de protección hacia los cárteles habrían llegado hasta los más altos niveles.
Aunque las acusaciones no estaban plenamente corroboradas en ese momento, el memorando sugiere que existía una corrupción tan extendida que facilitaba las operaciones de los cárteles y creaba un entorno donde se dificultaba diferenciar entre las autoridades y los narcotraficantes. Según el archivo, estas actividades beneficiaban a las élites del poder político en México, lo que refuerza las sospechas sobre la posible colusión de altos funcionarios con el crimen organizado.
La hipótesis de que elementos del gobierno mexicano colaboraron o facilitaron el asesinato de Camarena no es nueva. Sin embargo, el hecho de que nombres como el de Manuel Bartlett sean mencionados nuevamente en documentos oficiales tras décadas de sucesor, alimenta teorías que hasta ahora habían quedado en la sombra.
Todos sabemos que Bartlett ha sido una figura política clave en la historia reciente de México, y esta nueva revelación podría tener implicaciones tanto en su reputación como en la percepción pública de las instituciones mexicanas de aquel entonces.