Rubén Cortés.
La reforma judicial del presidente hará difícil renegociar el T-MEC, y el gobierno entrante dio reversa al objetivo de su secretario de Hacienda: “Debemos revisar la relación con China, nos vende y no nos compra, no es comercio justo”. Ahora las empresas chinas arrecian su ubicación en México.
El rechazo de Estados Unidos a la reforma Judicial y el freno de multimillonarias inversiones de empresas estadounidenses en México, han obligado a la administración entrante a incentivar la economía China en el país, tal cual anunció antier el diario oficioso La Jornada.
Sin embargo, hace apenas un mes que el secretario de Hacienda del actual gobierno, que repetirá en el próximo, fijo su postura: “Dependemos mucho de China, le compramos bienes por 119 mil millones de dólares al año, pero le vendemos bienes por sólo 11 mil millones al año. Es injusto”.
Y agregó: “Lo que tenemos que hacer nosotros es y trabajar en el fortalecimiento de las industrias locales, y de las cadenas de suministro, para asegurar un crecimiento económico sostenible y resiliente en Norteamérica, a través del T-MEC”.
Antes del descontento de Estados Unidos por la reforma judicial, una factura a pagar por la virtual presidenta iba a ser la pasión ideológica del actual presidente que, para molestar a Estados Unidos, facilitó que China violase, a través de México, sanciones económicas de Washington.
El gobierno que acaba el día 30, empezó con tanta entrega a China que el canciller Ebrard dio el gusto al dictador chino Xi Jinping de clausurar una reunión de la Celac, organización que fue ideada e impulsada por otro dictador, el fallecido gobernante venezolano Hugo Chávez, en 2010.
China aprovechó el arrobo ideológico de la 4T para usar a México como puerta trasera y meter sus productos a Estados Unidos, y burlar los aranceles y restricciones a bienes y servicios chinos. Y la ruta China-México no paró de aumentar.
De hecho, la ruta China-México llegó a colocarse como “el comercio de mayor crecimiento en el mundo en este momento”, según la empresa europea de análisis de datos Xeneta. La llegada de contenedores chinos a México ha sido incesante.
Sin embargo, además de poco rentable, el comercio con China es inmoral, porque China exporta mercancía producida en campos de trabajo forzado adonde la dictadura tiene a miembros de Falun Gong, católicos, disidentes y vagabundos para que trabajen como esclavos.
Y viola el capítulo 32, artículo 32.10, del T-MEC, que prohíbe acuerdos comerciales con economías que no sean de mercado. Es el carril titulado Non-Market Country y se refiere a China. Pero, si el T-MEC pierde rentabilidad a causa de la reforma judicial, pues la 4T ya tiene a China.
Viene pura piratería. Más.