Francisco Garfias.
De no creerse. Ahora resulta que el regreso de la normalidad en Culiacán, Sinaloa, depende de que chapitos y mayos, grupos antagónicos, dejen de confrontarse entre sí, y no del Ejército que oficialmente esta a cargo de la seguridad publica en México.
Es lo que dijo el general Jesús Leana Ojeda, comandante de la tercera región militar, luego de ser interrogado en conferencia de prensa conjunta con el controvertido gobernador, Rubén Rocha Moya, sobre cuando cesaría la violencia en Culiacán.
Es una renuncia explícita al uso legal de la fuerza para proteger las garantías individuales y colectivas de los sinaloenses.
El militar dijo textual:
“Esperemos que (la tranquilidad) sea lo mas rápido posible, pero no depende de nosotros; depende de que los grupos antagónicos dejen de hacer su confrontación y que dejen a la población en paz para que vivan tranquilos.”
Un reconocimiento implícito de que el Ejército no puede con el crimen organizado o algo peor, como bien apuntó el diputado del PRI Rubén Moreira: el Estado abdica a su razón de existir: garantizar la paz.
“Se renuncia a la hegemonía (legítima) de la violencia. Ahora la tienen los grupos delictivos”, puntualizó.
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La capital de Sinaloa vive entre asesinatos, balaceras, quema de vehículos, bloqueos, asaltos, extorsiones, comercios cerrados o saqueados, avenidas vacías, levantones, dolor, miedo.
No es Gaza, ni Ucrania. Es México a finales del “primer piso” de la Transformación demoledora de instituciones democráticas.
Ayer fue secuestrado David Eduardo Martínez, hijo del reconocido periodista Ernesto Martínez, de Los Noticieristas. Ayer mismo fue localizado con vida.
Antier fueron hallados cinco cuerpos con sombreros, un militar murió en enfrentamiento con civiles armados, una joven fue asesinada en un departamento en la colonia Miguel Hidalgo de la capital del estado y otras tres personas que estaban en el mismo lugar fueron reportadas como desaparecidas.
El presidente López Obrador está más ocupado en satisfacer su ego de “líder histórico” y sus caprichos reformadores, que en combatir la violencia criminal que agobia no sólo a Sinaloa, sino a varios estado del país.
Pero el dice que la “prensa amarillista” exagera para perjudicar a su gobierno, aunque asegura que no lo lograrán porque el pueblo de México “es el más concientizado del mundo.”
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Está tan fea la cosa en Sinaloa que ya ni el gobernador morenista, Rubén Rocha Moya, se siente seguro. Los narcos hackearon ayer las cuentas del área fiscal y educativa del Estado y le dejaron el mensaje de que lo iban a “renunciar”.
Él sabe que está en grave riesgo. Siente que no acaba vivo su sexenio. El pasado seis de septiembre le pidió a los ciudadanos que si creen en Dios, o profesan alguna religión, pidan para que llegue con vida al 2027, cuando termina su mandato.
Las cifras sobre las ejecuciones son confusas. El periódico Reforma habla de 36, Infobae de 35; el saldo de las cifras oficiales, obvio, es mucho menor.
“La realidad y los números que difunden los propios grupos hablan de muchos más. Una verdadera carnicería”, ilustra Oswaldo Villaseñor, periodista con amplia trayectoria y credibilidad en los medios de comunicación sinaloenses.
Oswaldo describe como “muy delicado” el momento que vive Culiacán y detalla, vía Whats APP, lo que ocurre en la capital del estado como resultado de la violencia.
Dice:
“Los maestros y maestras no quieren volver a clases. Publican una carta abierta a la Secretaría de Educación Básica de Sinaloa. Dicen que los índices de violencia ponen en riesgo sus vidas y la de los niños y niñas”.
La citada Secretaría, sin embargo, convocó a clases presenciales en todo el estado. “¿Si hay seguridad ya en Sinaloa?” Pregunta Villaseñor, ante esa sorpresiva decisión.
Sólo el gobierno estatal ve condiciones para el regreso a clases. Las escuelas de educación media y superior: Tec de Monterrey –campus Culiacán– UAS, UADO, UAD dicen que, por los índices de inseguridad, se suspenden las clases presenciales y se mantienen en modo virtual.
“Los sicarios —continúa Villaseñor– se meten a las privadas a levantar gente supuestamente ligada a uno y otro grupo del narco. El gobierno es sólo observador. Lo reconoció el general Leana; que ellos nada más están para evitar que los grupos se enfrenten entre sí.
“Ya empieza a haber desabasto de víveres. Costco anunció reducción de su jornada de atención al público de nueve de la mañana a seis de la tarde. Walmart de 7 de la mañana a 5 de la tarde”, puntualizó.
FIN.