Rubén Cortés.
Los estadistas son magnánimos en su victoria. Los políticos te pegan en el suelo. Por eso, la reforma judicial será costeada con los 11 fideicomisos para pensiones, fondos de ahorro, seguridad social, vivienda, cobertura de salud y retiro de todo el personal jurídico del país.
La elección de nombres que dará Morena a los ciudadanos para votar por ministros, magistrados, jueces de tribunales de circuito y juzgados de distrito y Consejo de la Judicatura Federal será pagaba con los 15 mil millones de pesos de los fideicomisos que extinguirá Morena, tras la reforma judicial.
Morena sólo permite fideicomisos suyos, como el de 2017, tras el sismo del 19 de septiembre: “Fideicomiso Por los demás” (número 73803, Banca Afirme, según boletín de Morena 017-285, del 3 de octubre de 2017), en plena campaña del actual mandatario.
Morena reunió entonces 78,8 millones de pesos, de los cuales 44,4 millones fueron en efectivo y nunca se supo quiénes los aportaron. Hasta el 31 de mayo de 2018, un total de 70 personas sacaron 64,5 millones en cheques de caja de ese fideicomiso.
Aquel fideicomiso fue una trampa a la ley, porque en México está prohibido que los partidos reciban dinero en efectivo. Y toda aportación debe provenir de personas identificadas, y siempre a través de transferencias bancarias.
De 70 sujetos que sacaron 64,5 millones en cheques de caja del fideicomiso, ninguno era damnificado y, más todavía, todos eran militantes de Morena. Al ser cambiados los cheques a efectivo, la autoridad no pudo seguirle el rastro. El INE lo consideró fraude con dolo a la ley.
Pero cuando el INE dio veredicto, ya el actual presidente había ganado las elecciones y gobernaba el país de facto, y el Tribunal electoral consideró que el INE no investigó bien. Y el propio INE aprendió del susto: en 2020 negó el registro a México Libre, para contentar al presidente.
Ya en el poder, a Morena dejaron de gustarles los fideicomisos, y eliminó 109 que existían desde los gobiernos anteriores, con los fondos que generaban los rendimientos de cuentas bancarias abiertas con capital del gobierno, y de empresas privadas.
Eliminó todos los fideicomisos, menos los del Ejército, pues los militares cuentan con fideicomisos públicos sin estructura, para recibir y administrar el dinero, que obtienen en las aduanas, que ellos coordinan en opacidad, desde que el presidente echó a los funcionarios civiles.
Hubo un fideicomiso que al presidente le fascinó gastar: Fonadín, creado por Felipe Calderón. Con sus 23 mil millones compró la refinería de Deer Park, Texas, aunque construía aquí la de Dos Bocas. Deer Park produce apenas 14.5 millones de barriles. Un fiasco. Pero eso no importa.
Lo que francamente importa, es pegarte en el suelo.