Rubén Cortés.
Son magos: el gobierno de Primero los Pobres deja el más bajo crecimiento en 40 años y sólo la tercera parte de los empleos que requiere México por año. Pero a los ricos les fue de maravillas: Slim, Larrea, Rincón, Chávez y Hank duplicaron su riqueza.
Más todavía, en el gobierno de Primero los Pobres surgió una nueva cámara de ricos, al igual que sucedió durante el ascenso del chavismo en Venezuela con los llamados Boligarcas, en alusión al bolívar, la moneda nacional: familiares y amigos del grupo en el poder.
Según UBS y Credit Suisse, aquí surgieron 367 mil 110 empresarios que amasaron de uno a 500 millones de dólares. Esto se debió a la nueva modalidad de entrega de negocios con el gobierno: ocho de cada 10 se otorgaron a dedo, sin concursos públicos.
Un capitalismo de compadres, al estilo de “tiburón se baña pero salpica”, que creó un capital que el actual grupo en el poder considera que basta para mantener por años la autocracia legal y punitiva, que deja bien estructurada el presidente a su sucesora.
Es la mentalidad de Putin en Rusia: el gobierno hace negocios con un grupo selecto de oligarcas y con el Ejército, mientras se cierra a la inversión masiva, nacional y extranjera, para que el grupo selecto de oligarcas y el Ejército no tengan competencia.
Porque el Ejército mexicano es hoy un grandísimo jugador en las ligas de la lana: es dueño de la mayor empresa estatal, que es el Grupo Olmeca, que maneja 300 mil millones de pesos, además de Mexicana de Aviación y de las aduanas de todos el país.
Bajo la creencia de que, con el dinero de los oligarcas y el Ejército, bastará para refaccionar la autocracia legal y punitiva, el grupo en el poder pone en riesgo el T-MEC con EU y Canadá, que genera gananciales por 800 mil millones de dólares al año.
En sus cuentas, con el dinero que hacen a través de la oligarquía y el Ejército, no importa que sin T-MEC colapse 35 por ciento del PIB, se vaya 90 por ciento de la inversión extranjera, se pierdan 40 millones de empleos o el peso se devalúe 300 por ciento.
Su plan se basa en que los mexicanos quieren ser gobernados así. México es primer lugar mundial en la encuesta del Pew Research Center sobre países que no quieren Congreso ni Poder Judicial: entre 24 países, es el que más quiere una autocracia.
Siguen la ruta de Rusia, que es donde empezó con éxito este nuevo formato de gobierno, con Vladimir Putin como gobernante poderoso: Estado autoritario, prisión preventiva, partido hegemónico, oligarquía empresarial, Ejército fuerte, prensa controlada.
Eso es lo que hay.