Ciudad de México.- Fueron llegando poco a poco, pero con mucho entusiasmo dentro del enojo y la desesperanza que los agobia. Se trata de integrantes del Colectivo Nacional “No Más Presos Inocentes” y la mayoría son mujeres de todas las edades. El punto de reunión: calle Niños Héroes y calle Dr. Navarro, en el corazón de la Ciudad Judicial de la Ciudad de México, frente al Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, al lado de un edificio de salas penales.
Su protesta dio inicio alrededor de las 08:30 AM, con la idea de transitar de la Ciudad Judicial a la sede de la Fiscalía de la Ciudad de México (el famoso Búnker) y, de aquí, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El primer punto fue el edificio donde despacha el Presidente del TSJCDMX, Magistrado Rafael Guerra Álvarez, quien fue cuestionado dura pero respetuosamente por el Colectivo.
Pese a la molestia evidente de los inconformes, la marcha siempre fue totalmente pacífica; a diferencia de las marchas feministas, que siempre terminan en vandalismo tolerado por las autoridades.
¿La causa de la marcha? El hartazgo frente a un “injusto sistema de justicia” que tiene a muchos de sus familiares injustamente encarcelados o sometidos a proceso penal, algunos de ellos con condenas abultadas basadas incluso sólo en señalamientos de las supuestas víctimas, en testigos a modo, en acusaciones endebles, en venganzas personales o en factores circunstanciales. Condenas que violan varios principios elementales del Derecho Penal Moderno, desde la presunción de inocencia, el debido proceso, la justa defensa, la equidad procesal, la duda razonable, la proporcionalidad de la pena, la prueba incontrovertible, etc.
Estamos ante cientos de personas inconformes que están molestas frente a nuestro sistema de justicia, porque sus sentencias no soportan la prueba dura, fehaciente e incontestable que demanda el Derecho Penal Moderno.
De fondo: camisetas y mantas color azul rey, el color de la organización. Las mantas tienen nombres y rostros. Se trata de personas (casi todos varones) que tienen familias y nexos sociales: son hijos, padres, abuelos, sobrinos, tíos, cuñados, parejas, vecinos, socios o amigos. Todos ellos en prisión preventiva o ya condenados por delitos cuya comisión está en cuestionamiento.
Y así retumban las consignas:
“No más carpetas fabricadas para ellos”.
“Hombre escucha ésta es tu lucha”.
“Jueces competentes para los inocentes”.
“Jueces se venden y encarcelan inocentes”.
“Fiscalía nos mientes, encarcelas inocentes”.
“No nos vamos a dejar, no nos vamos a rendir, a los presos inocentes queremos ver salir”.
“Alerta, alerta, somos las familias en busca de justicia”.
“De Norte a Sur, de Este a Oeste, ganaremos esta lucha cueste lo que cueste”.
“No que no, sí que sí, ya volvimos a salir”.
Nos acercamos a Karina Escandón, la líder del Colectivo. Su hermano fue injustamente procesado en el 2021 y estuvo encarcelado casi tres años, sólo con base en un señalamiento. El Colectivo nace en el 2023 a raíz de que la amarga experiencia de Karina se conectó con muchas otras experiencias parecidas. En las audiencias y en las filas para visitar a su hermano encerrado, se dio cuenta de que muchas familias pasaban por el mismo calvario y, entonces, todas y todos decidieron organizarse y actuar para tratar de transformar a nuestro deficiente sistema de justicia.
Nos cuenta que incluso reciben amenazas veladas: “Si no le paran, sus familiares en prisión sufrirán las consecuencias”. Y Karina afirma tajante: “Lo primero, hay que quitarnos el miedo”.
Y así, superando miedos y amenzas, el Colectivo Nacional “No Más Presos Inocentes” ha crecido e, incluso, ya incorpora a familiares de procesados y presos de todos los reclusorios de la Ciudad de México y de varios reclusorios del Estado de México.
Y el esfuerzo del Colectivo ya está dando frutos: de entrada, el TSJCDMX se ha visto obligado a establecer una mesa de diálogo para revisar a fondo y corregir algunas de las deficiencias de nuestro sistema de justicia.
¡Y qué curioso! Justo cuando a nivel nacional se está discutiendo la Reforma al Poder Judicial, familias combatientes ponen uno de los grandes temas de justicia sobre la mesa: los “delitos de género”.
“Somos mujeres defendiendo a hombres condenados injustamente”, nos dice Karina Escandón, y nos refiere que la inmensa mayoría de los casos que acompaña su organización guardan relación con los “delitos de género”, esas aberraciones jurídicas que parten del supuesto anticientífico de que las mujeres no deben probar sus acusaciones y de que los varones son culpables hasta que no se demuestre lo contrario.
Las palabras de Karina y de las mujeres que la acompañan son duras y elocuentes, y me recuerdan algo que yo he venido diciendo desde hace mucho tiempo: al feminismo lo terminarán tumbando las propias mujeres; las mujeres analíticas y de veras críticas.
Carlos Arturo Baños Lemoine / Editor en Jefe de El Arsenal. Diario Digital
